"Resulta importante que las entidades de crédito sigan aumentando la provisión de crédito al sector privado, en un entorno de incremento de la demanda". Y "para responder a este reto, en los casos en que resulte necesario, es imprescindible que las entidades de crédito no distribuyan beneficios (dividendo), recurran al mercado para reforzar sus bases de capital y aprovechen plenamente las medidas gubernamentales adoptadas para favorecer la recapitalización".

Así de contundentes se mostraron ayer los rectores del Banco Central Europeo (BCE) en el editorial de su boletín mensual de abril, en el que instan a los bancos a dar créditos al sector privado, las empresas y los hogares aunque para ello, si es necesario, dejen de distribuir beneficios.

Las entidades que actualmente tienen un acceso limitado a la financiación en los mercados necesitan con urgencia ampliar su capital y mejorar su eficiencia, subrayó el BCE, cuyo consejo de Gobierno incrementó la semana pasada los tipos de interés oficiales en un 25 puntos básicos, hasta el 1,25%, tras haberlos mantenido sin variación durante casi dos años en niveles históricamente bajos.

Por su parte, el miembro del consejo del BCE José Manuel González-Páramo consideró ayer, en una conferencia pronunciada en Moscú, que aunque la economía mundial pueda mostrar signos de recuperación, sigue habiendo "muchas incertidumbres", y advirtió de que surgirán nuevos retos. Para el conjunto de países europeos, "la prudencia fiscal es esencial, ahora más que nunca", apostilló. En este contexto, el Eurobanco consideró necesario reformar los sistemas de pensiones y atención sanitaria para aliviar la carga fiscal que conlleva el envejecimiento de la población.

Entre tanto, el director de Estrategia de JP Morgan Asset Management España y Portugal, Manuel Arroyo, estimó ayer que a no ser que el mercado crea que todos los problemas de Europa se han superado, en los próximos meses se producirán nuevos ataques contra la deuda soberana de los países periféricos.

Precisamente ayer, el Banco de España informó de que la deuda de las entidades españolas con el Banco Central Europeo (BCE) cayó en marzo hasta los 40.992 millones de euros, el nivel más bajo desde enero de 2008, cuando se situó por debajo de los 40.000 millones, con lo que marca su segundo nivel mínimo consecutivo.

Incertidumbres

De este modo, el importe de la banca española en relación al resto del sistema europeo se reduce hasta el 12%, el más bajo en meses, lejos de las peticiones de liquidez de las entidades españolas en años anteriores, cuando llegaron a ser de hasta el 25%, una cuarta parte de la financiación total. Estos datos representan el saldo vivo que las entidades residentes en España tienen pendiente de devolver al BCE como consecuencia de la financiación que el instituto emisor les ha concedido previamente, y supone una media de las operaciones diarias que se realizan durante el mes. La financiación del BCE al resto del eurosistema también descendió hasta los 338.910 millones de euros en marzo, el nivel más bajo desde noviembre de 2004. Este importe representa casi un 10% menos respecto a febrero (374.289 millones) y del 35% respecto a marzo de 2010 (521.898 millones)