Comisiones Obreras Canarias ha advertido de la obligatoriedad de evaluar los riesgos psicosociales también en la construcción, un sector que tiene una tasa de siniestralidad mayor que el resto.

En una nota de prensa, la secretaria de Salud Laboral de CCOO-Canarias, Carmen Marrero, ha recordado que la consecuencia más directa de los riesgos psicosociales es el estrés laboral, que a largo plazo provoca en la salud de los trabajadores enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, musculoesqueléticas y mentales, puede agravar cualquier dolencia preexistente y, además, facilita la aparición de accidentes laborales. "Por todo ello, los riesgos psicosociales no se pueden dejar de lado y hay que darles la importancia que realmente tienen", advirtió la responsable sindical.

La VI Encuesta Nacional, llevada a cabo en 2007 por el INSHT sobre la situación laboral de los cuatro años anteriores en España, estudia la incidencia de algunos factores de riesgo psicosocial en el sector de la construcción. En cuanto a la posibilidad de desarrollo de habilidades personales en el trabajo y la autorrealización profesional, los obreros de la construcción presentan uno de los valores más bajos (20,7%), quedando justo por encima de los trabajadores del servicio doméstico (19,5%).

En cuanto a la posibilidad de elegir o modificar siempre distintos aspectos del trabajo (como orden de las tareas, distribución y duración de las pausas, método de trabajo, periodo de vacaciones, ritmo de trabajo, y poner en práctica ideas propias), este sector también presenta valores bastante inferiores a la media (todos ellos por debajo del 30%), siendo sólo peores entre los trabajadores del sector industrial.

El rápido ritmo de trabajo del sector de la construcción depende fundamentalmente (con una frecuencia del 68,8%) de tener que cumplir unos plazos de ejecución previamente determinados, siendo en este sector donde se presenta el valor más elevado. Los trabajadores del sector de la construcción son de los que con mayor frecuencia creen que pueden perder su empleo en los seis meses siguientes (con una frecuencia del 16,6%). Además, la jornada partida se presenta con mayor frecuencia en el sector de la construcción (65.2%).

A nivel Canarias, está la II Encuesta Canaria de Condiciones de Trabajo, realizada por la Consejería de Empleo, Industria y Comercio con datos del año 2008. Aunque en ésta se estudian menos factores de riesgo psicosocial desglosados por sectores de actividad que en la encuesta estatal, los que sí se estudian arrojan datos comparables a los del estudio nacional.

En lo que las islas se diferencian bastante es que cuentan con una mayor posibilidad de elegir o modificar siempre distintos aspectos del trabajo (con valores que oscilan entre el 42,3% y el 60,7%). Y por el contrario, los trabajadores canarios de la construcción sienten que tienen más posibilidades de perder su puesto de trabajo en los siguientes 6 meses que sus homólogos a nivel estatal; de hecho, son los que presentan el mayor índice en Canarias (con un 35,1%), dato que da fe de la alta precariedad laboral del sector en Canarias, lo que ya de por sí influye directamente en la siniestralidad laboral porque hace que muchas veces los trabajadores/as se arriesguen conscientemente a trabajar en condiciones laborales peligrosas.

Carmen Marrero ha incidido en que se debe intervenir en todos los factores de riesgos existentes en el seno de las empresas, haciendo especial hincapié en aquellos de tipo organizativo, que a menudo son los más afectados en tiempos de crisis. Además, hay que tener en cuenta que el evaluarlos no deja de ser una obligación legal, establecida en la propia Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales (en su artículo 4.7.d).