La recuperación económica española continuará afianzándose en 2011 por el empuje de la demanda exterior, aunque a un ritmo muy inferior al de otras potencias europeas y con el riesgo del alza del precio del petróleo en el horizonte. Así lo destaca el informe de perspectivas económicas publicado ayer por la Comisión Europea, que sitúa en el 0,8% el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español en 2011, una décimas más de lo previsto antes.

Concretamente, la riqueza española crecerá un modesto 0,2% en el primer y segundo trimestre, se acelerará un poco más en el tercero, hasta el 0,3%, y cerrará el año con una expansión del 0,4%.

Estas cifras, muy por debajo de la expansión del 1,3% proyectada por el Gobierno, confirman la recuperación, pero también la tendencia reflejada desde el comienzo de la crisis, que apunta a una salida de la recesión a dos velocidades en la eurozona. Frente al exiguo 0,8% español, el PIB de Alemania se elevará un 2,4%, el de Francia y Holanda lo hará un 1,7% y el de Italia un 1,1 %, según los augurios del Ejecutivo comunitario.

Sólo Reino Unido ha visto reducir sus expectativas de crecimiento hasta el 2% respecto al 2,2% de las anteriores estimaciones de la Comisión Europea.

Además de las divergencias entre los países, el horizonte no está exento de riesgos para la economía española, según Bruselas, que alerta de que la subida del precio del petróleo podría impulsar la inflación y terminar por afectar al crecimiento. En este sentido, el Ejecutivo comunitario ha elevado las previsiones de inflación para España este año, desde el 1,5% al 2,4%, aunque matiza el riesgo al augurar que la inflación subyacente -que excluye la variación de los precios de los alimentos no elaborados y la energía- se mantendrá "contenida", debido a la debilidad de la demanda y a la moderación de los costes laborales.

Pero, además de la inflación, España tiene otros problemas, como la dificultad de acceso al crédito y la debilidad de la demanda doméstica, afectada por la reducción de la inversión pública, el ajuste del sector inmobiliario -que continuará en 2011- y el desempleo, que se mantendrá en cifras "récord" este ejercicio.

Durante la presentación del informe, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, evitó pronunciarse sobre las medidas que debe adoptar España para potenciar su crecimiento.

En Madrid, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, celebró que la Comisión Europea haya mejorado en una décima su previsión y añadió que "todavía deberá corregirse más".