Con el objetivo de evitar que Nueva Rumasa llegue a la suspensión de pagos, y si no se consigue captar capital de nuevos inversores en los cuatro meses que fija el procedimiento especial de La Ley Concursal para negociar un plan de pagos con sus acreedores, la compañía de la familia Ruiz Mateos no descarta "vender parte de sus activos", entre los que se incluirían varios de sus hoteles en Canarias, ya que constituyen algunas de sus empresas más "competitivas y rentables".

Esta opción fue transmitida ayer por el director general de la división hotelera (Hotasa), Carlos Miranda, a los representantes de los más de 1.100 trabajadores de la cadena, durante una reunión, celebrada en Madrid, con el secretario general de la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras (Fecoht), Javier González, y los representantes del sindicato en las comunidades autónomas en las que opera esta enseña.

No obstante, Miranda garantizó al colectivo que durante este periodo "se seguirá operando con total normalidad y no se producirá ningún recorte de plantilla ni habrá problemas con el cobro de los salarios".

Tras el encuentro de ayer, Fecoht acordó convocar a los respectivos comités de empresa en Canarias, Andalucía y Baleares para analizar detalladamente los hechos y, a partir de entonces, evaluarán las medidas a tomar conforme evolucionen las cosas. Sin embargo, por ahora descartan sumarse a las movilizaciones de otros empleados del grupo.

En declaraciones a EL DÍA, Miranda subrayó que "la situación del área hotelera es de tranquilidad", frente a otras, como la división agroalimentaria, en la que se acumulan importantes deudas, pero recalcó que a pesar de ello "la solución debe ser capitaneada por el grupo para el global de sus empresas", por lo que comprende la incertidumbre suscitada por esta "delicada situación".

Precisamente, con el objetivo de disipar dudas entre el personal de Hotasa, el director general iniciará en breve una ronda de contactos con los directores y los representantes de los comités de empresa de los establecimientos de la cadena, que le traerá hasta Canarias la próxima semana.

En cuanto a las negociaciones para la entrada de nuevo capital en Nueva Rumasa, señaló que en los últimos días se ha confirmado el interés de varios inversores. Al respecto, resaltó que, sobre todo con uno de ellos, las negociaciones están muy avanzadas, por lo que, a falta de concretarse cómo sería la participación en el grupo, todo apunta a que "en poco tiempo podría haber una decisión favorable en ese sentido".

En otro contexto, un centenar de personas, según fuentes de la Policía y 400 en base a los cálculos de las federaciones agroalimentarias de UGT y CCOO, se concentraron ayer en la Puerta del Sol de Madrid para protestar por la situación de las empresas Clesa y Royne, dependientes de Nueva Rumasa, cuyos centros de producción "se encuentran prácticamente paralizados", apostillaron.

Igualmente, el colectivo pidió la intervención de la Comunidad de Madrid en el conflicto. Por su parte, el presidente del comité de empresa de la Quesería Menorquina, Antonio Olives, exigió al Govern balear que sea "más duro" con Nueva Rumasa para "presionarla" con el fin de que abandone la gestión de esta empresa.