Hace una semana, Arturo Fernández, vicepresidente primero de la CEOE, afirmaba que "la productividad es un tema más alemán que español". Este lunes, el también presidente de la patronal madrileña CEIM pidió a los sindicatos que mirasen "con buenos ojos" la propuesta germana basada en la vinculación de los salarios a la productividad, en lugar de a la subida del IPC. A su modo de ver, se trata de algo "importantísimo e imprescindible", un asunto "complicado" que se puede conseguir: "Sé que es difícil, pero seguro que podemos llegar a arreglos". Felipe González, ex presidente del Gobierno, también apoya la cuestión y aseguró que el no llevarla a cabo podría suponer la ruina para España. En cambio, los sindicatos siguen manteniendo que no es una buena idea. Cándido Méndez, secretario general de UGT, sostiene que en la negociación colectiva los representantes de los trabajadores se negarán a aceptar la desvinculación de los sueldos al citado índice. En cuanto al PP, de momento no se pronuncia, porque considera que este debate debe ser postergado.

Los representantes de los trabajadores no son los únicos que deben ver "con buenos ojos" la unión entre salarios, productividad y competitividad. Fernández cree que el Gobierno también debe estar pendiente de un asunto que, a sus ojos, es "importantísimo e imprescindible", alcanzable, a pesar de las complicaciones que pueda presentar: "Sé que es difícil, pero seguro que podemos llegar a arreglos". Sus declaraciones de este lunes a TVE contrastan con las que hizo la semana pasada, cuando afirmó que este asunto concierne más a Alemania que a España. Fue el país germano el que, secundado por Francia, sacó a la luz la propuesta de la ''desindexación'' de los salarios al IPC.

El vicepresidente de la patronal confía en que el Ejecutivo escuchará su petición. Valeriano Gómez, ministro de Trabajo, es para él un hombre con "altura de miras" que, además, "sabe mucho de esto". El pacto que firmó con los agentes sociales es un precedente que facilita esa confianza. El acuerdo satisfizo a la CEOE, que lo considera "el principio de otros muchos pactos". Es el momento adecuado para ellos, ya que "se ha acabado el café para todos". Hay que adaptar el modelo de vida español a los nuevos tiempos para hacerlo sostenible: "Estamos en el siglo XXI y tenemos que ser más productivos y competitivos, cambiar el chip, y eso requiere reformas".

Los sindicatos se han percatado de esa necesidad, dijo el presidente de CEIM. El Gobierno también, aunque algo "tarde". En cuanto a la oposición, la patronal espera poder contar con su apoyo en los próximos pactos que prevé. Fernández reconoció que le extrañó que el PP no estuviera presente en la firma, pero no entró en valoraciones: "Sus motivos tendrán".

"España es un gran país", dijo Arturo Fernández, que piensa que los ciudadanos deben ser "relativamente optimistas" en cuanto a la salida de la crisis. De hecho, el vicepresidente vaticina que, a finales de 2011, "se verá la luz al final del túnel". Esa luz comienza por la efectividad de las reformas impulsadas. Si siguen su camino, existen indicios de que podrían generarse nuevos puestos de trabajo. En eso confía la patronal.

Felipe González está de acuerdo en que la propuesta de Angela Merkel, canciller alemana, es adecuada. De hecho, el ex presidente considera que mantener la indexación al IPC podría provocar la "ruina" de una determinada actividad productiva por no poder "soportar" la actualización de la inflación: "Los salarios tienen que estar ligados a la productividad", aseguró en una entrevista en la Cadena Ser.

En ella, el antiguo dirigente también reconoció que España "no está preparada" para aplicar esta fórmula de revisión salarial: "No tenemos mentalidad empresarial para hacer un sistema de transparencia de la cuentas de las empresas para hacer que las retribuciones sean mayores si los beneficios aumentan". González opina que hay que "descentralizar" la negociación colectiva, reforma que los agentes sociales deben culminar ante del 19 de marzo.

LOS SINDICATOS, EN CONTRA

Cándido Méndez sigue diciendo que los sindicatos no están de acuerdo con una cuestión que es más adecuada para el país alemán, que no tiene problemas con la inflación. La negociación colectiva es, a ojos sindicales, una cuestión entre ellos y la patronal. El Gobierno no está invitado. Entonces, UGT y CC.OO apostarán por "la flexibilidad interna frente a las contrataciones precarias y frente a la facilidad del despido".

De este modo, las organizaciones sindicales siguen fieles a la opinión que expresaron la semana pasada en referencia a la posibilidad de eliminar las cláusulas de revisión salarial en los convenios colectivos. Ya entonces, Ignacio Fernández Toxo, líder de CC.OO, dijo: "Si alguien pretende volver al sistema que referencia los salarios a la inflación pasada comete un gravísimo error que tendría efectos inflacionistas".

El PP no se muestra tan claro en este sentido. María Dolores de Cospedal, secretaria general, piensa que no es el momento adecuado para tratar la propuesta de Angela Merkel, canciller alemana: "Creemos que, antes de hablar de esto, hay que hablar de la negociación colectiva y también del tema retributivo en el ámbito de la negociación colectiva". La popular afirmó este lunes que hay "opiniones dispares" a este respecto en el seno socialista, sindical y patronal.