El Banco Central de Irlanda (ICB) pronosticó hoy que la economía nacional crecerá un 1 % durante 2011 y un 2,3 % al año siguiente, lo que revisa a la baja sus propias previsiones y las del Gobierno de Dublín.

En su último análisis, el ICB "reduce significativamente" las estimaciones del pasado octubre, cuando preveía un crecimiento del 2,4 % del Producto Interior Bruto (PIB) para este año.

También predice que el Producto Nacional Bruto (PNB), que excluye las aportaciones de las multinacionales y que, para muchos expertos, es un indicador económico más fiable, se contraerá un 0,3 %, por lo que continuará en dígitos negativos.

Según esto, al año siguiente el PIB crecerá un 2,3%, mientras que el PNB lo hará un 1,5%.

Éste es el primer análisis del Banco Central desde que el Gobierno irlandés se vio obligado el pasado noviembre a aceptar un rescate financiero de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) valorado en 85.000 millones de euros.

El Ejecutivo también se comprometió a introducir severos ajustes para reestructurar su economía durante los próximos cuatro años, a través de una subida generalizada de los impuestos y una reducción del gasto social, entre otras medidas.

El llamado Plan de Austeridad cuatrienal prevé reducir el déficit público hasta el 3 % del PIB en 2014 y el ahorro de unos 15.000 millones de euros, objetivos basados en las previsiones del Gobierno, que ha estimado un crecimiento del 1,7 % durante este año.

No obstante, para el ICB, la subida de los impuestos y el recorte en el gasto social tendrá, a corto plazo, un efecto negativo sobre la economía nacional porque, por ejemplo, "deprimirá" el consumo público.

También crecerá casi un punto la tasa de desempleo, hasta el 13,7 %, un indicador que no comenzará a bajar hasta finales de este año y que se mantendrá ligeramente por encima del 13 % durante la mayor parte de 2012, según el informe.

El ICB recomendó, además, acometer programas que mejoren la competitividad de las compañías que operan en el país, al tiempo que recordó que los salarios todavía no se han reducido suficientemente, a pesar de que el Gobierno ha rebajado un euro el salario mínimo interprofesional, hasta los 7,65 euros por hora.