Las cajas de ahorros vieron esfumarse 2.598 millones de euros en depósitos de sus clientes sólo en noviembre, más del triple que los 702 millones que se redujeron en el caso de la banca, según los datos que hizo públicos ayer el Banco de España.

Aún así, a cierre de noviembre, las cajas seguían teniendo en cifras absolutas más depósitos de sus clientes que los bancos, exactamente 27.178 millones frente a 23.372 millones.

También, a pesar de la guerra por captar pasivo en 2010, a medida que las tasas de ahorros de la población aumentaban por la caída del consumo y el miedo a la crisis, las cifras de depósito de ambas entidades han caído.

Eso sí, las cajas han perdido 17.797 millones de euros en los once primeros meses de 2010, mientras que de los bancos se esfumaron 6.583 millones.

Tipos menguantes

El revés del negocio de los depósitos coincide, de manera paradójica, con un repunte de los tipos. Los bancos y cajas de ahorros que operan en España subieron en noviembre los intereses que ofrecían por sus depósitos a plazo hasta el 2,82 % de media, su nivel más alto desde febrero de 2009, siempre según los datos provisionales publicados por el Banco de España.

Las entidades financieras reanudaron en el verano de 2010 la denominada "guerra del pasivo" a la que intermitentemente se han dedicado en los últimos dos años, con el objeto de captar el ahorro disponible, que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística era del 7,5% de la renta disponible en el tercer trimestre de 2010.

Los bancos ofrecieron de media el 2,88 % de interés por sus depósitos a plazo, el mayor desde que en febrero de 2009 superaba el 3%.

Las cajas de ahorros, por su parte, aumentaron en noviembre hasta el 2,81% la rentabilidad de sus depósitos -la más alta desde marzo de 2009-, antes de que el Banco de España les indicara, a finales de diciembre, a las que han recibido ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que moderen los tipos de interés que ofrecen por los depósitos, que en ningún caso deberán superar a los ofrecidos por entidades que no han sido ayudadas.

Los expertos coinciden en opinar que el regulador, con este aviso, pretende establecer "criterios y restricciones" que suavicen la denominada "guerra del pasivo" que se libra en el sector financiero español.