La Autoridad Europea de Supervisión (Autoridad Bancaria Europea) echa a andar con el nuevo año con el reto de restaurar la confianza en el sistema financiero después de que la crisis económica internacional haya hecho aflorar graves carencias del mismo.

El objetivo prioritario de la Autoridad Bancaria Europea es el de proteger el interés público contribuyendo a la estabilidad y eficacia del sistema financiero a corto, medio y largo plazo, para la economía de la Unión, sus ciudadanos y sus empresas, destacó ayer, en una nota, la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife). Además, contribuirá a mejorar el funcionamiento del mercado interior, en particular, con un nivel sólido y efectivo de supervisión. Al mismo tiempo, velará por la integridad, la transparencia, la eficiencia y el correcto funcionamiento de los mercados financieros, reforzando la coordinación de la supervisión internacional.

Del mismo modo, la Autoridad tratará de evitar el arbitraje regulatorio y promoverá la igualdad de condiciones de competencia; contribuirá a garantizar que los riesgos de crédito y otro tipo estén regulados y supervisados de forma adecuada, centrando esfuerzos para reforzar la protección del consumidor.

En el ejercicio de las funciones que a la Autoridad se le confieren ésta prestará especial atención a todo riesgo sistémico potencial planteado por las entidades financieras cuya quiebra o mal funcionamiento pueda afecte negativamente al sistema o al funcionamiento de la economía real. En el desempeño de las funciones, la Autoridad trabajará con independencia y objetividad, con el fin de salvaguardar los intereses de la Unión Europea y su sistema financiero.