El primer ministro de Portugal, el socialista Jose Sócrates, anunció hoy que su Gobierno trabaja en una reforma del mercado laboral que se suma así a los ajustes fiscales aprobados durante 2010 para frenar el elevado déficit público.

Sócrates, en declaraciones a los periodistas, no facilitó detalles sobre qué aspectos tratará esta reforma y aseguró que el ejecutivo luso facilitará más datos "en los próximos días".

Portugal seguirá así las indicaciones de la Comisión Europea (CE), el Eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Estos organismos pidieron a finales de septiembre una reducción del déficit público con reformas de tipo estructural, entre ellas la liberalización del mercado de trabajo, para fomentar el crecimiento económico.

Con este anuncio, el dirigente socialista envió una señal a los mercados internacionales, cuya preocupación por la sostenibilidad de las finanzas lusas incrementa la presión sobre su deuda soberana a diez años, por la que hoy se pagaba un interés que rondaba el 6 por ciento.

Por el momento, a falta de conocerse las medidas concretas del nuevo plan, el ministro de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, hizo un llamamiento a los empresarios para que no incrementen los salarios de sus trabajadores, con el propósito de no dañar la competitividad del país.

El Ejecutivo luso, que vive su peor crisis económica desde la instauración de la democracia en 1974, ha elaborado varios planes este año para frenar las especulaciones sobre la situación financiera del país.

En marzo se aprobó un plan de medidas de ajuste fiscal para lograr reducir el déficit del 9,4 por ciento actual al 2,8 por ciento en 2013.

Entre las decisiones adoptadas entonces, recogidas en el llamado Programa de Estabilidad y Crecimiento luso (PEC), destacan la congelación del sueldo de los funcionarios, la privatización de bienes públicos y la imposición de una tasa del 45 por ciento a las rentas más altas.

Este ajuste, sin embargo, no fue suficiente y las medidas anticrisis volvieron a ampliar en mayo y en los Presupuestos para 2011, que salieron adelante en el Parlamento el mes pasado gracias a la abstención del principal partido de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha).

El recorte de los salarios de los trabajadores públicos en un 5 por ciento, la subida del IVA de un 21 a un 23 por ciento, o la reducción de la inversión pública son algunos de los puntos clave de este nuevo plan, con el que Sócrates confía en bajar el déficit a la mitad en sólo un año, hasta el 4,6 por ciento.

La decisión del Gobierno luso de reformar el mercado laboral se produce, además, tan sólo quince días después de la huelga general celebrada en el país, la primera convocada de forma conjunta por las dos principales centrales sindicales desde 1988.

El paro general consiguió paralizar totalmente el tráfico aéreo y dificultar el resto de transportes, y tuvo un seguimiento del 75 por ciento, según los sindicatos, aunque el Ejecutivo redujo su impacto y la consideró una huelga parcial.