La caída de la banca española, con cuantiosos intereses en Portugal, que podría ser el siguiente país en ser rescatado tras Irlanda, afectó ayer a la Bolsa española, que perdió el 2,68% y el nivel de 10.000 puntos, lo que no sucedía desde finales de agosto.

Así, el índice de referencia del mercado español, el IBEX 35, bajó 257,30 puntos, el 2,68%, la mayor caída desde el 11 de agosto pasado, hasta 9.996,40 puntos. Las pérdidas acumuladas este año aumentan hasta el 16,28%.

En Europa, con el euro a 1,361 dólares, bajaron las principales plazas europeas: Milán, el 1,93%; el índice Euro Stoxx 50, el 1,21%; París; el 1,07%; Londres, el 0,91%, y Fráncfort, el 0,31%. Todos los grandes valores del IBEX bajaron.

Hay que destacar que los bancos europeos bajaron ayer una media del 2% perjudicados por la preocupación de los inversores de que la crisis de la deuda que se atajaba en Irlanda al aceptar ayuda financiera internacional se extienda a Portugal y España, según expertos consultados.

El índice sectorial de banca del indicador DJ Stoxx-600 perdió ayer el 1,95% y de sus cuarenta y cinco componentes sólo subieron cinco.

A pesar de que Irlanda aceptó el rescate que le proporcionará entre 80.000 y 100.000 millones de euros a partir de enero, un banco británico lideró las pérdidas, el Royal Bank of Scotland (4,62%), al especularse que los inversores privados podrían ser objeto de quitas en el saneamiento del sistema financiero irlandés.

En previsión de que Portugal también acabe requiriendo asistencia financiera, el Banco Espirito Santo se situó en segundo lugar por pérdidas de este índice sectorial con un retroceso del 4,27% A continuación se situaron entidades españolas, las principales tenedoras de deuda portuguesa, además de contar con filiales en el país vecino, aunque se coló algún banco británico.

Banco Sabadell cayó el 4,22%, la mayor caída también del índice nacional IBEX 35; Bankinter, perdió el 4,19%; Lloyds, el 4,18%; Banco Santander, el 4,03%, y BBVA, el 3,87%.

Con pérdidas superiores al 3 por ciento acabaron Credit Agricole (3,78%); UBI Banca (3,68%); Banco de Valencia (3,15%) y Banco Popular Español (3%).

Entre tanto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, avisó de que la eurozona se enfrenta a un "año decisivo" y reclamó a los líderes comunitarios que lleven a cabo las reformas necesarias para mejorar el funcionamiento de la unión económica y monetaria. "No es momento para la complacencia. Los retos que tenemos por delante son múltiples", subrayó Trichet en una comparecencia ante el pleno de la Eurocámara en la que eludió referirse directamente al rescate de Irlanda. Trichet recordó que en 2011 la UE adoptará el nuevo marco de gobierno económico, debatirá la creación del fondo de rescate permanente y lanzará, probablemente, la reforma del Tratado para darle cobertura. "Tenemos que hacer todas estas reformas bien para garantizar que la eurozona pueda enfrentarse a los desafíos futuros con más capacidad y convicción", apostilló. En esta línea, el presidente del Eurobanco repitió que el nuevo sistema de sanciones para los países con déficit excesivo aprobado en octubre por los líderes europeos "se queda corto respecto a lo que el BCE considera necesario para garantizar el mejor funcionamiento posible de la economía de la moneda única".

Guerra de divisas

Trichet se refirió también a la "guerra de divisas" y reiteró que "el exceso de volatilidad y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen un impacto negativo en la estabilidad económica financiera". Hizo una encendida defensa del euro y lamentó la tendencia de "ciertos canales de comunicación" a usar a la moneda única, la Comisión Europea y el BCE como "chivo expiatorio".

"El euro, como moneda, ha mantenido su estabilidad interna y externa de forma destacable", insistió Trichet, que criticó que el "legítimo debate" sobre la salida de la crisis derive con frecuencia hacia una discusión sobre "la legitimidad del euro".

En la misma línea se pronunció durante el debate en la Eurocámara el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien insistió en que el "euro es, y continuará siendo, el pilar fundamental de la Unión Europea".

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Moody''s ve en puertas otra rebaja

La agencia de calificación crediticia Moody''s aseguró ayer que el paquete de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional contribuirá a resolver los problemas de financiación de la banca irlandesa a corto plazo y a restaurar la confianza en su sistema bancario, pero alertó de que aumentará la carga sobre su deuda soberana, que se traducirá en una rebaja de su rating de "varios escalones". Dado que la carga del Gobierno será mayor de la estimada por la agencia en octubre, cuando situó el rating ''Aa2'' en revisión para una posible rebaja, Moody''s cree que la resolución más posible de este proceso es una reducción que sitúe la calificación de la deuda irlandesa aún dentro de la categoría de grado de inversión.

En su informe ''Weekly Credit Outlook'', Moody''s, que espera que el Gobierno use parte del paquete de ayuda de la UE y el FMI para realizar inyecciones directas de capital en los bancos irlandeses, cree que esta decisión es "un paso importante para restaurar la confianza en el sistema bancario irlandés". En este sentido, señala que esta situación es positiva para la calidad crediticia de los bancos, ya que si estas inyecciones de capital se consideran "suficientes" para resolver los problemas relativos a la calidad de sus activos a largo plazo, podrían incluso permitir su vuelta a los mercados de capital en algún momento.

Sin embargo, la agencia subraya que esta ayuda se traducirá en más pasivos de los bancos en el balance del Gobierno e incrementará la carga de la deuda soberana irlandesa, algo negativo para Irlanda y para la calidad de los depósitos bancarios y la deuda, apoyados de forma tanto implícita como explícita por el Ejecutivo. Moody''s cifra la cuantía total del paquete de ayuda entre 80.000 y 95.000 millones de euros, de los que entre 8.000 y 12.000 millones de euros se destinarán a una inyección de capital en los bancos y el resto a apoyar las necesidades de financiación del Gobierno en el medio plazo.