El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, pronosticó ayer que durante la segunda parte del próximo ejercicio comenzará a crearse empleo neto y 2012 será ya un año de "franco crecimiento del mismo".

Gómez, que participó en la inauguración del VII Foro Institucional Joven de Juventudes Socialistas, dijo a los periodistas que la previsión de crecimiento del PIB del Banco de España está en línea con lo previsto por el Gobierno, y aseguró que "la recuperación se está produciendo". Recordó que los datos del Banco de España eran "razonablemente previsibles para la economía española, que está en el tercer trimestre del año con un crecimiento ligeramente positivo, pero en tasa interanual ya hay un crecimiento del 0,2%". Por tanto, la recuperación ya se está produciendo, aunque aún lentamente, y la economía española, de manera progresiva, alcanzará esa situación en la que empezará a crearse empleo, aunque despacio al principio y con mucha precaución.

Valeriano Gómez dijo que espera que el sector de la construcción contará aproximadamente con 1,2 millones de personas ocupadas, "el tamaño que debería tener" tras el ajuste impulsado por el Gobierno. Dio por hecho que las reformas puestas en marcha por el Ejecutivo contribuirán a equilibrar el sector de la construcción, tras una época de quince años de excesos, durante los cuales, dijo, España ha vivido "por encima de sus posibilidades".

Cumbre del G-20

El titular de Trabajo recordó que el número de trabajadores en la construcción pasó de 1,1 millones de personas ocupadas en 1994 a 2,7 millones del 2007, con lo que, desde el comienzo de la crisis, su volumen superaba a los de Alemania, Francia o Italia.

A su juicio, España "ha consumido demasiado y tiene que desendeudarse" y encaminarse hacia la salida de la crisis, que será más lenta que en ocasiones anteriores, pero "que no quepa duda" de que saldrá, apuntó.

En otro contexto, hay que precisar que entre los próximos días 11 y 12 de noviembre, en Seúl, el G-20 afronta su quinta y más difícil cumbre de jefes de Estado, debilitado por las diferencias que separan a los países ricos y los emergentes. Todos los miembros, con EEUU a la cabeza, han decidido que el espinoso asunto de la valoración de la divisa china, para muchos germen de los desequilibrios que sufre el crecimiento mundial, no figure explícitamente entre las prioridades de la cumbre. España participará como país invitado.