"Problemas hay de sobra. El retroceso de la producción es el fruto de muchísimos problemas que se han dado durante muchísimo tiempo". Éste es parte del análisis que hace el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna (ULL), José Luis Rivero Ceballos, cuando se le pregunta sobre la industria del cigarro puro del Archipiélago.

Su sentir respecto a una de las actividades productivas señeras del Archipiélago es compartido por los operadores de la misma, principalmente en lo que tiene que ver con el puro hecho a mano. El mecanizado mantiene una importante cuota de mercado a nivel nacional, pero el de fabricación artesanal -calidad "premium"- ha sido prácticamente barrido de ese entorno por la creciente competencia americana.

A diferencia de lo que ha pasado con los cigarrillos y los cigarros artesanales, la evolución en el mercado peninsular de los cigarros elaborados a máquina en Canarias ha sido "excelente" en las últimas décadas, subraya el gerente del "cluster" Agrupatabaco, Andrés Arnaldos. La "gran aceptación" de la que gozan por parte de los consumidores españoles les ha permitido estabilizar a lo largo del último medio siglo su presencia de mercado, que hoy se sitúa en torno al 40% de la venta total.

En 2009 se comercializaron en la Península y Baleares 1.100 millones de puros mecanizados, de los que 460 millones eran canarios. Este volumen fue producido principalmente por dos empresas con sede en Tenerife, JTI Canarias y Tabacos El Guajiro, y otra afincada en Gran Canaria, Compañía Canariense de Tabacos (CCT), que es el mayor fabricante del país en este segmento, recuerda Arnaldos.

El mantenimiento de este subsector está directamente relacionado con las ventajas consagradas en el Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias y con los instrumentos que se han venido habilitando para compensar los sobrecostes que lleva aparejada tanto la producción industrial en el Archipiélago como el transporte de sus bienes hasta el continente.

En lo que concierne a los puros manuales, el deterioro parte de la década de 1970, cuando los canarios llegaron a hacerse con un tercio del mercado estadounidense -20 millones de unidades-, el segundo de mayor tamaño, inferior sólo al chino. Desde entonces, la desaparición del marco fiscal favorable en el resto del territorio español, la deslocalización de algunas empresas grandes y una pérdida de prestigio de la que fue responsable el propio subsector han configurado el bajón de esta industria.

De acuerdo con los datos facilitados por Agrupatabaco, en las Islas se producen ahora entre cuatro y seis millones de cigarros a mano, la cuarta parte de lo que se contabilizaba cuando España se integró en la Comunidad Económica Europea (1986) -alrededor de 25 millones-. Se trata de cifras estimadas, apunta la agrupación empresarial, debido a la atomización de las empresas productoras y a que no hay estadísticas específicas del segmento artesanal.

La comercialización se concentra básicamente dentro del propio Archipiélago. Fuera de él, el mercado principal es el nacional, aunque en retroceso constante. En 2000, las ventas en la Península y Baleares alcanzaron los 3,8 millones de cigarros, lo que representaba el 11,7% del mercado. El año pasado se comercializaron sólo 41.000 unidades, el 0,1%.

El mercado español de cigarros "premium" es el de mayor volumen de toda la Unión Europea (UE), destacan en Agrupatabaco, donde hacen hincapié en que los canarios son los únicos de origen comunitario. El grueso procede de países centroamericanos. Como expone el "cluster", "la paulatina desaparición de los cigarros manuales de las Islas obedece en buena medida a la imposibilidad de competir con las producciones del Caribe por el alto diferencial en los costes salariales". Ello lo corrobora que las marcas canarias de mayor venta se manufacturen en este momento en América.

Producción atomizada

La caída es "igualmente dramática" en los mercados de exportación que antes florecían. En Estados Unidos la venta "ha desaparecido por completo", según Arnaldos, también director de la Asociación Canaria de Industriales Tabaqueros (ACIT).

En el plan estratégico de Agrupatabaco, que centra buena parte de sus esfuerzos en revitalizar el puro artesanal, el equipo que dirige Rivero Ceballos acentúa la "bipolarización progresiva" del tejido productivo del cigarro.

Por un lado están los fabricantes de marcas propias de puros mecanizados y manuales en régimen de economía formal, que mantienen unos 450 empleos. A ellos se unen pequeños talleres artesanos que combinan la producción de puros manuales y semimecanizados. En total, suman 35 empresas en los registros de las Cámaras de Comercio.

Aparte, existe un conjunto de artesanos de economía informal que mantienen en torno a 250 empleos y "determinan un importante problema para el sector", según el grupo de expertos.

La producción conjunta de cigarros hechos a mano se estima en cuatro millones de unidades al año, precisamente la cantidad reclamada como contingente de entrada a la Península libre de tributos, una medida promovida por los tabaqueros que ha hecho suya el Gobierno de Canarias y que ahora está en manos de la Comisión Europea, con buenas perspectivas, según ha manifestado recientemente el consejero autonómico de Industria, Jorge Rodríguez.

"Si el Gobierno saca esto adelante hará una apuesta importante por la industria", apunta Omar Tawfiq, gerente de Tabacos Vargas, empresa palmera emblemática del cigarro hecho a mano. Valora que el mercado nacional es "enorme" y que en él haya "buenas referencias" isleñas. Los obstáculos a salvar, a juicio de Tawfiq, son una política de distribución deficiente, muy basada en el boca a boca y la compra individual, y una imagen dañada por excesos de un pasado no muy lejano "en el que se vendía todo lo que aquí se hacía".

Esos serían impedimentos una vez descontado, por la aprobación del contingente, el efecto precio, que penaliza a las firmas isleñas frente a las del Caribe, cuyas referencias, según Tawfiq, se han quintuplicado en los últimos años.

"No nos cuadran sus precios; los puros americanos 100% tabaco natural -no homogeneizado- cuestan lo que un mecanizado canario", lamentan en El Rincón del Fumador, empresa grancanaria comercializadora de cigarros y cigarrillos importados y productora de marcas propias de puros artesanos.

Además, creen que habría que poner más interés en el mercado turístico canario, donde "hay un mundo por explotar". "Si hay una campaña del vino en La Rioja, ¿por qué no puede haber una del puro aquí", se preguntan.

Recuperar competitividad

Sí hay más respaldo al contingente entre los pequeños artesanos, llamados, comenta Arnaldos, a completar la producción de los fabricantes de mayor tamaño para exprimir esa concesión, cuando llegue. "Lo veo bien porque nos permitirá ser más competitivos en precio y dará al consumidor la oportunidad de que pruebe el puro canario", señala el dueño de La Rica Hoja, Miguel Pérez.

No obstante, Pérez se muestra "algo pesimista" ante un proyecto "en el que unos son pequeños y otros muy grandes. No podemos competir ni entre nosotros ni en la Península porque, a vista del consumidor, no hay diferencia entre un premium y un puro 100% natural semimecanizado".

Incide en que el verdadero espaldarazo lo daría contar con un nicho de mercado y precio específico en la Península. "El consumidor ya tiene asumido que hasta 1,20 euros hablamos de homogeneizado; hasta 2,30, de hecho a mano; a partir de 2,50 ya encuentra buenos puros de Cuba, y muy buenos de Honduras o Nicaragua. Para nosotros no existe un nicho. ¿Lo es el de puros a 3,50?".

Pérez pertenece a una nueva hornada de pureros que han heredado negocios regentados por sus abuelos. Otro exponente, también de La Palma -isla muy vinculada al tabaco y en la que todavía queda alguna plantación- es Elías Fernández, que está al mando de Tabacos Armas y que, junto a Pérez, forma parte del colectivo Unipalta, con el que tratan de vencer el escasísimo asociacionismo insular.

"El contingente es un aliciente. Abriría un mercado en el que ahora, por una competencia que se apoya en una mano de obra casi esclava, es muy difícil entrar. Ayudaría a que se conociera este puro y a que recuperara terreno", corrobora Fernández.

También llama la atención sobre el cierre "sanitario" de los canales de comercialización, que impide dar salida a producciones que califica de "casi ediciones limitadas". Y advierte de que pasar de ahí a envíos millonarios sería "catastrófico" por el riesgo de volver a caer en errores pasados: "Cuando el boom estadounidense al final se bajó la calidad sólo para hacer dinero. No hubo conciencia de que debía primar la continuidad".