El Congreso de Estados Unidos alcanzó esta mañana un acuerdo preliminar, tras mas de 20 horas de negociación, sobre el texto de la reforma financiera más ambiciosa desde la Gran Depresión y que ahora pasará a votación de las dos Cámaras.

El acuerdo representa una victoria para el presidente Barack Obama, que irá a la cumbre del G20 en Toronto (Canadá) con la prueba de que Estados Unidos hace algo concreto para evitar las crisis financieras con impacto global.

La reforma afecta a todos los ámbitos del sector financiero, pues incluye medidas de protección al consumidor, más poder de supervisión al Gobierno, regula por primera vez los mercados de derivados y limita la posibilidad de que los bancos, como ocurrió en años anteriores, hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.

No obstante, todo parece indicar que la aprobación definitiva de esta nueva legislación financiera seguirá el mismo camino que el de la reforma del sistema sanitario en marzo, es decir, que saldrá adelante sin un solo voto republicano favorable.

La votación en el comité negociador fue estrictamente de acuerdo a las líneas partidistas: los 20 representantes demócratas votaron a favor y los 11 republicanos en contra; los 7 senadores demócratas votaron a favor y los 5 republicanos en contra.

La reforma, en la cual el Congreso ha trabajado un año, afectará a una gama muy amplia de transacciones financieras, desde las compras con tarjeta de cargo en el supermercado hasta las operaciones más complejas con títulos y acciones en Wall Street.

Ansiosos por prevenir otro colapso financiero como el de 2008, los legisladores han incorporado un sistema de alarmas de riesgos financieros, crearon una oficina de protección financiera del consumidor que tendrá amplias atribuciones y marcaron pasos para la liquidación de las grandes firmas financieras que caigan en serios problemas.

Pero, en un revés para la Administración Obama, la nueva oficina de protección del consumidor no tendrá atribuciones sobre los vendedores de autos, aunque las concesionarias hacen los arreglos para los préstamos para millones de compradores de vehículos automotores.