La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, advirtió ayer de que "antes de que termine junio" el Ejecutivo pondrá en marcha la reforma laboral si empresarios y sindicatos no alcanzan un acuerdo.

Así lo dijo durante la clausura de la XXVII Asamblea Anual de Socios del Instituto de la Empresa Familiar, donde señaló que "si no hay resultados en la negociación que mantienen los agentes sociales, la pondrá en marcha el Gobierno en muy corto plazo", y añadió que ha llegado el momento de contribuir a tener un empleo más estable y productivo.

Tanto el Gobierno como los sindicatos han manifestado la dificultad de alcanzar un acuerdo, por lo que cada vez está más cerca la posibilidad de que el Ejecutivo haga la reforma a través de un decreto-ley acordado con los grupos parlamentarios.

Salgado incidió en que el Ejecutivo pondrá en marcha las reformas necesarias para el buen funcionamiento de la economía, como ya ha hecho anteriormente con la reducción de las trabas en el sector servicios o la eliminación de "distorsiones" en el inmobiliario.

La vicepresidenta subrayó que las dos prioridades del Gobierno son ahora la reforma de las cajas de ahorros y la flexibilidad del mercado laboral, "aspectos que la agencia de medición de riesgo Fitch advirtió el pasado viernes de que pueden dificultar la mejora económica en España".

En la misma línea, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó, durante una intervención en el Congreso, por que los socios europeos aceleren las reformas estructurales para hacer frente a la crisis y generar confianza en el presente y una economía sólida y competitiva.

Los números uno y tres del Ejecutivo hicieron estas valoraciones justo antes de que terminara, nuevamente sin acuerdo, otra reunión entre el Gobierno y los agentes económicos y sociales. Las tres partes, no obstante, se emplazaron a seguir negociando en los próximos días, según informaron fuentes del proceso.

Al encuentro asistieron los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.

Ayer se cumplía el plazo dado por el Gobierno para cerrar la negociación, si bien el Ejecutivo ha decidido dar unos días más a sindicatos y empresarios para ver si son capaces de entenderse.

También en consonancia con lo expresado por Salgado, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, dijo que el Gobierno está "apurando el plazo" y "haciendo todos los esfuerzos" para lograr un acuerdo, pero avisó de que actuará "en solitario" si no se llega a un compromiso esta semana.

Por su parte, el presidente de la patronal Cepyme, Jesús Bárcenas, señaló que el Ejecutivo tendrá que asumir una reforma laboral "intensa" porque, a su juicio, los sindicatos no aceptarán una reforma para aplacar las exigencias de la Unión Europea.

Al respecto, responsables de CCOO y UGT insistieron en avisar de que si el Gobierno termina imponiendo una reforma laboral "lesiva" para los trabajadores, convocarán una huelga general.