Los acuerdos de la cumbre de Madrid entre los países de la UE y de América Latina supondrán un descenso de los aranceles para las importaciones de banano de ocho naciones latinoamericanos respecto al compromiso alcanzado en 2009 en Ginebra para recortar el arancel, que zanjó un largo litigio.

La cumbre de esta semana ha supuesto, por un lado, un acuerdo de asociación con seis países de Centroamérica y por otro, la rúbrica del compromiso que Bruselas temía para un tratado comercial con Perú y Colombia.

En ambos casos, el trato a las importaciones bananeras al mercado europeo fue uno de los aspectos más controvertidos de las respectivas negociaciones.

El acuerdo entre la UE y los estados centroamericanos (Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador) supondrá una rebaja gradual de los aranceles a la fruta, que partirá de 145 euros por tonelada al final de este año y se situará en 75 euros por tonelada en enero de 2020.

En cuanto a Perú y Colombia, el pacto con la UE establece ventajas similares, con una disminución del arancel en diez años, hasta que se quede en 75 euros.

Esto supone que ocho países, por ahora, van a tener un trato más favorable en sus envíos plataneros que el que aceptaron, junto con otras naciones, cuando la UE y Latinoamérica pusieron fin en diciembre en Ginebra a la larga guerra a causa de esas importaciones.

El polémico gravamen a la entrada de bananas latinoamericanas está en 176 euros por tonelada.

El pacto suscrito en la ciudad suiza con 11 naciones de América Latina implica un recorte del arancel progresivo, para que pase a 148 euros y después disminuya gradualmente hasta quedar en 114 euros por tonelada, en un plazo aproximado de ocho años.

Tras la cumbre de Madrid, la situación queda como en Ginebra para Ecuador -líder en la producción bananera-, México, Brasil y Venezuela.

No obstante, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, confirmó en Madrid que se reanudarán las negociaciones con la UE para alcanzar un acuerdo de asociación.