El ajuste adicional del déficit en los años 2010 y 2011 se hará "fundamentalmente" por la vía del gasto, según explicó la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, que evitó concretar las intenciones del Gobierno en materia de impuestos o de salarios del personal de la Administración. Salgado remitió, para más explicaciones, a la comparecencia parlamentaria del miércoles del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que anunciará "medidas de ajuste del gasto público". La ministra de Economía lanzó balones fuera a la hora de concretar en qué consistirá el recorte adicional del déficit de 0,5 puntos en 2010 y de 1 punto porcentual en 2011, y reconoció que algunas medidas, como la reducción de altos cargos, "son el chocolate del loro". "No tenemos nada que ver con Grecia", añadió la vicepresidenta.

En todo caso, Salgado dio pie a la interpretación después de que, tras ser preguntada por una posible subida de impuestos, evitara entrar en estas cuestiones. Salgado argumentó que "hasta ahora durante la crisis nadie ha bajado los impuestos". "No es verdad que en un momento de crisis la bajada de impuestos produzca más ingresos", afirmó, y añadió que "no podemos permitirnos más rebajas de impuestos". Salgado tampoco explicó si el Gobierno se plantea eliminar el cheque-bebé o congelar los sueldos de los funcionarios. Preguntada por estos temas, guardó silencio y explicó que "será el presidente del Gobierno el que anuncie las medidas".

Por otro lado, la vicepresidenta económica ahondó acerca de quién debe encargarse de meter la tijera al gasto público. Según apuntó, en tanto la reforma de la financiación autonómica dota de mayor corresponsabilidad fiscal a las comunidades autónomas, éstas deben arrimar el hombre a la vez que la Administración General del Estado. "Es un esfuerzo que tenemos que hacer entre todos, porque el porcentaje de gasto del Estado es mucho menor que el de las comunidades autónomas", explicó. Salgado avanzó que el Ejecutivo volverá a convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera para "variar" la senda del déficit de las comunidades autónomas.

En cuanto a los pasos dados más recientemente para reducir el saldo negativo de las cuentas públicas, reconoció que la reducción de altos cargos y el recorte de las empresas públicas supondrá un ahorro de 16 millones de euros anuales, lo que supone un escaso impacto económico. Según admitió, "hay medidas que son el chocolate del loro", y afirmó que el principal valor de esta medida es el de dar ejemplo desde la Administración General del Estado (AGE). "Por eso se ha empezado con esta reducción de los altos cargos, aunque en términos de presupuesto sea una cantidad muy pequeña", admitió.

"AHORA SE PUEDE HACER PORQUE LA ECONOMÍA CRECE"

Por otro lado, Salgado justificó que el Gobierno haya pisado el acelerador en la reducción del déficit después de que Zapatero se negara a hacerlo a petición del líder de la oposición, Mariano Rajoy, hace tan sólo una semana ante la posibilidad de que ello retrasara la salida de la crisis. Salgado reconoció que los nuevos objetivos europeos suponen "efectivamente, un ajuste importante", si bien explicó que "ahora se puede hacer", puesto que la economía española ha vuelto a crecer en el primer trimestre del año y se ha entrado en una "situación distinta a la del año anterior".

Además, indicó que en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del pasado viernes se concluyó que, con carácter general, la consolidación de las finanzas era de particular importancia y que los países se debían comprometer a acelerarla. En este sentido, añadió que "desde el miércoles hasta el viernes hubo una gran inestabilidad en los mercados y se percibió que el euro estaba en peligro".

En cualquier caso, Salgado negó que este endurecimiento del ajuste tenga alguna simetría con Grecia: "No tenemos nada que ver con Grecia, nuestras estadísticas son fiables, hemos tenido superávit durante años, tenemos unas instituciones que funcionan, una deuda pública del 55 por ciento, una economía diversificada, una calificación de ''AAA'' por parte de dos agencias y de ''AA'' por parte de la tercera. Comparar la situación de España con la de Grecia me parece que no tiene ningún sentido", sentenció.