Alrededor de medio millar de manifestantes recorrieron ayer las calles de la capital tinerfeña convocados por CCOO y UGT, que celebraron juntos por segundo año consecutivo el Día Internacional de los Trabajadores. La sombra de los más de 300.000 parados que suma ya Canarias y de una posible huelga general en las Islas planeó sobre los actos reivindicativos del Primero de Mayo.

Bajo el lema "Empleo con derechos y protección social. Por el pacto social en Canarias", los sindicatos mayoritarios inician una "campaña de movilización masiva" para hacer frente a una crisis que trasciende el ámbito económico y financiero y golpea de lleno a la sociedad isleña, remarcó el secretario general de UGT-Canarias, Juan Francisco Fonte, que comandó, junto a su homólogo de CCOO, Juan Jesús Arteaga, la manifestación tinerfeña.

La que se celebró en Las Palmas, también conjunta, reunió a 1.500 trabajadores, según la Policía Local, y a 3.000, según los organizadores. Ambos sindicatos contaron con el visible respaldo de trabajadores actualmente envueltos en conflictos laborales, como los de la sección de Informativos de la Televisión Autonómica de Canarias, a los que se quiere imponer el convenio colectivo nacional de los medios audiovisuales, y los de Correos, que protestan contra el recorte de inversiones estatal.

En Tenerife, Arteaga recalcó que "en estos momentos, el Primero de Mayo no puede sino estar relacionado con la noticia de que en Canarias hay ya 300.000 parados". Para contrarrestar este avance del desempleo, que sitúa al Archipiélago a la cabeza del país en tasa de paro, el dirigente de CCOO apostó por "construir empleo, pero con derechos, no a cualquier precio, fortalecer la protección de los trabajadores y avanzar en la vía del consenso mediante las medidas recogidas en el Pacto Social".

Según Arteaga, el documento que firmaron en junio de 2009 el Gobierno autónomo, las patronales provinciales y CCOO y UGT "sigue siendo válido", pero el Ejecutivo, criticó, "ha abandonado la voluntad de desarrollarlo con todas sus consecuencias y ha derivado hacia posiciones de confrontación que no abordan los graves problemas que tenemos en Canarias", y citó como prueba de ello el "recorte" en el gasto en servicios públicos básicos recogido en los Presupuestos autonómicos de 2010.

Por ello, considera que el Primero de Mayo "debe ser el punto de partida de una movilización sostenida que no se descarta que, a final de año, incluso tome la forma de una huelga general".

"Vamos a apuntar fuerte -añadió Fonte- contra los gobiernos, para que el de España se deje de tanta improvisación y para que el de Canarias afronte una crisis que ya no sólo es económica y financiera, sino también social. Vamos a exigir respuestas concretas en una movilización sostenida que terminará en diciembre posiblemente con una huelga general".

El secretario regional de UGT defendió "el empleo de calidad, que parecen no querer ni los empresarios ni el Gobierno de Canarias". Respecto a la reforma laboral que se está negociando, Arteaga dijo que los sindicatos han frenado la aprobación de medidas "regresivas" y, aunque mostró su confianza en el diálogo social, advirtió de que "si se legisla contra los trabajadores" también podrían recurrir a un paro general.

Ya en la Plaza del Príncipe, donde se leyó el manifiesto conjunto del Día de los Trabajadores, Arteaga recalcó que es "vital" reformar el sistema financiero para "meter en vereda a quienes nos han llevado a esta crisis" y para "hacer circular el dinero que se necesita para la recuperación económica y del empleo".

Fonte demandó iniciativas "contra los especuladores que han provocado una crisis mundial de proporciones descomunales" y demandó que los empresarios canarios inviertan los beneficios que "protegen en la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC)" en la generación de puestos de trabajo, la única manera, dijo, de evitar que los jóvenes "preparen la maleta" para emigrar de las Islas.

El responsable de UGT-Canarias tuvo que soportar durante su intervención los abucheos de trabajadores de la Fundación Canaria para el Desarrollo Social (Fundescan), gestionada por el sindicato y en suspensión de pagos.

Al respecto, Fonte hizo "autocrítica", según sus propias palabras. "No se puede gestionar la formación y la cualificación para el empleo de la forma en que Fundescan ha venido haciéndolo", reconoció ante los periodistas.