La agencia de medición de riesgo Standard&Poor''s (S&P) rebajó hoy la calificación de la deuda de Grecia a "BB" desde ''BBB2'', y los sitúa en el terreno de los bonos basura, debido a la incertidumbre que despiertan los planes gubernamentales de saneamiento financiero.

La agencia de calificación rebaja la deuda griega en perspectiva negativa por las dudas sobre la capacidad del Gobierno heleno para aplicar su plan de austeridad debido a la oposición interna y las débiles perspectivas económicas.

Además considera que "las opciones del Gobierno griego se están reduciendo debido al debilitamiento de las perspectivas de crecimiento económico" del país, que según previsiones de su banco central se contraerá este año un 2 por ciento.

"La dinámica de esta crisis de confianza ha planteado dudas tanto sobre la capacidad administrativa del Gobierno para aplicar las reformas rápidamente como de su voluntad política de abrazar un programa plurianual de austeridad fiscal", aseguró S&P.

"La presión para una reducción más agresiva y amplia del gasto fiscal está aumentando debido a los intereses del mercado", aseguran los analistas de S&P, que consideran que la deuda pública aumentará en 2011 al 131% del PIB.

Horas antes, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, instaba a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a activar la ayuda para Grecia por el creciente coste de refinanciación de su deuda, cuyo bono a diez años llegó hoy a tipos de interés del 10 por ciento.

"Hacia el 19 de mayo todas las gestiones deben de haber concluido debido a la debilidad de Grecia para acceder a los mercados" internacionales, reconoció hoy el responsable de Finanzas ante los parlamentarios del gubernamental Partido Socialista Panhelénico (PASOK).

"Existe una fecha crucial" -subrayó el ministro- "que es el 19 de mayo, cuando vence un bono de diez años del Estado griego de 9.000 millones de euros".

Una delegación del FMI, del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea (CE) se encuentran desde hace una semana negociando en Atenas con el Gobierno griego para definir los términos exactos de la ayuda por valor de 45.000 millones de euros para 2010, y las medidas que debe acometer el Ejecutivo, dentro de un programa trianual, para sanear las cuentas públicas.

Grecia alcanzó un déficit del 13,6 por ciento y una deuda pública del 115% del PIB en 2009 y, de activarse las ayudas, sería el primer país de la eurozona que recurre a un paquete de rescate para evitar la bancarrota.