Impulsar la modernización y garantizar el relevo generacional son dos de los principales retos que tienen los molineros de gofio del Archipiélago, según manifestó a EL DÍA el presidente de la Asociación de Productores de Gofio de Canarias y director comercial de La Molineta, José Luis García.

Esta asociación se constituyó hace 25 años y, actualmente, está integrada por 22 molinos de todas las Islas, representando más del 92% de la producción de gofio canario.

"Necesitamos mejorar tecnológicamente. Muchos de los molinos son empresas artesanas que necesitan una inversión para modernizarse. La nueva maquinaria que está ahora en el mercado nos ahorraría mucho el trabajo que actualmente hace el artesano molinero. Todos empleamos piedras molineras, pero la revolución tecnológica iría dirigida al proceso de tostado, almacenamiento y envasado. La elaboración con nuestra técnica artesana de piedra molinera es sagrada para que luego el gofio el producto luego salga con el aroma y textura de siempre", dijo García Rodríguez.

Insistió en que garantizar el relevo generacional es una cuestión de vida o muerte. Las empresas que sobreviven hoy en día es por el empeño que tienen los molineros en continuar con la actividad. Muchos de ellos están a punto de retirarse y no tienen el relevo garantizado. Es ahí donde desde la asociación estamos preocupados, porque pueden desaparecer una importante cantidad de molinos en los próximos años. Hace unos quince años en las Islas había casi 80 molinos y, en la actualidad, existen unos 35, de los cuales 22 se encuentran en Tenerife".

Siete millones de kilos al año

A nivel autonómico se producen cerca de siete millones de kilos de gofio al año, sobre todo, de trigo y de millo. José Luis García destacó que el informe que realizó el año pasado el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) ha sido el estudio "más completo que se ha elaborado sobre el gofio, y desvela que este producto está presente en el 83% de los hogares canarios. Esto indica que el gofio no está en desuso". En su opinión, en los últimos años ha sido "fundamental la promoción que hemos hecho los molineros, realizando campañas en los colegios, comedores escolares y demás, ayudando así al relanzar el consumo de este alimento". Desde su punto de vista, "el que compra el gofio en el local donde se ubica el molino sabe que se lleva un producto recién elaborado, con todo el aroma y calentito. Luego, con respecto a la distribución en los supermercados, uno de los problemas que tenemos es que el gofio no está representado como desearíamos, con un sitio adecuado y una buena exposición al consumidor, fácil de localizar. Estamos en esa lucha".

También puso de manifiesto que "en los últimos años hemos tenido problemas con las ayudas del Régimen Especial de Abastecimiento (REA) de Canarias, ya que no llegamos a cubrir todo el año con la subvención que hay para el cereal, que se agota. La ayuda ronda los 10 céntimos por kilo y va destinada a trigo, millo y, en menor cantidad, a cebada. Se lo hemos comunicado a los responsables la Consejería de Agricultura y es un asunto que nos preocupa. Esperamos que se arregle".

Por último, señaló que "el sello Gofio de Canarias aportará una garantía al producto y lo protegerá de cara a las producciones de fuera. En 1994 se consiguió una marca geográfica protegida sobre el gofio canario, pero queremos actualizarla para adaptarla a las nuevas normas europeas. El estudio del ICA es un gran paso para lograr la Indicación Geográfica Protegida (IGP) y la marca genérica".