El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, afirmó ayer que sería un "error" pensar que la reforma laboral que en breve empezarán a discutir Gobierno y agentes sociales "va a resolver todos los problemas del mundo", e indicó que, entre otras, ésta debe servir para transmitir confianza en una situación de dificultad como la actual.

Corbacho, en declaraciones a una emisora nacional de radio, recalcó que, pese a su "confianza" en este diálogo a tres bandas, recordó que quienes van a negociar la reforma "no pueden resolver el problema del crédito" ni tienen competencias sobre el euribor "ni incidencia en las agencias de calificación".

"En la mesa de diálogo social no vamos a resolver los problemas del crédito. Si el sistema financiero me transfiere las competencias, yo encantado del mundo de arreglarlo", dijo.