Las tres entidades que conforman el Grupo Banca Cívica -Caja Navarra, CajaCanarias y Caja de Burgos- se reunieron ayer en Madrid con los sindicatos para tratar de acordar un protocolo laboral de aplicación para los empleados de la misma, antes de que la sociedad central se ponga en marcha, según informó el grupo a través de un comunicado.

En esta primera reunión con las organizaciones sindicales se decidió la composición de la Mesa que acudirá a las siguientes sesiones y que estará integrada por trece miembros: cuatro de UGT, tres de Csica, dos de CCOO, uno de SEA, uno de GTB, uno de LAB y uno de ELA. Del mismo modo, se fijó la fecha de la próximo encuentro, que tendrá lugar el 11 de febrero.

Críticas de CCOO

Precisamente ayer, la federación de banca de CCOO Canarias consideró "imprescindible que la resultante del proceso de fusión de Banca Cívica sea una caja, con el fin de preservar el modelo financiero social de las cajas de ahorro, en cuanto a que devuelven a la ciudadanía sus rendimientos como empresa, a través de la Obra Social".

Según explica el sindicato en un comunicado, "tampoco se entendería social ni laboralmente una Banca Cívica sin la participación en su administración y control de los ciudadanos en general a través de sus representantes".

En esta línea, "ha propuesto a todos los grupos parlamentarios las modificaciones legislativas necesarias para que las fusiones entre cajas de ahorro se puedan llevar a cabo sin alterar su naturaleza jurídica".

Por último, CCOO solicita que se garantice el empleo, así como las condiciones laborales que disponen las plantillas actuales.