La "temida" deflación no se instaló finalmente en la economía española en 2009, y el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que mide los precios de la misma manera en todos los países de la eurozona, concluyó 2009 con un alza del 0,9%.

Pese a acabar el ejercicio en positivo y superar en cinco décimas la tasa interanual (respecto al mismo mes del año anterior) registrada en noviembre, se trata del cierre de año más bajo desde 1997, cuando comienza la serie histórica.

Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde marzo hasta octubre pasados el IPCA registró tasas interanuales negativas, las primeras de este indicador.

De coincidir el IPCA con la inflación general (IPC), que se conocerá el próximo día 14, también supondrá un mínimo histórico de cierre de año, pero en este caso desde 1962, primer ejercicio del que se tienen datos homologables.

Hasta que se conozcan los datos definitivos, todo indica que el IPC cerró 2009 en positivo debido, sobre todo, al efecto base de los precios de la energía, que en los últimos meses casi duplicaban los del mismo periodo de 2008.

Así, el importe medio del barril Brent de petróleo -de referencia en Europa- fue en diciembre de 75,21 dólares, frente a los 43,05 que costaba un año antes.

Además, con el dato definitivo del IPC de diciembre se activarán las cláusulas de revisión salarial de los convenios colectivos, siempre que la tasa de inflación supere la previsión pactada por empresarios y sindicatos. Por ello, prácticamente no se activará ninguna.

Tras conocer los datos, el portavoz de Economía del Partido Popular en el Congreso, Cristóbal Montoro, achacó el alza del IPCA a la subida de los impuestos especiales y a la recuperación del precio del petróleo e insistió en que continúan "la debilidad del consumo y la recesión económica".

Según sus cálculos, prácticamente la tercera parte de la tasa del 0,9% del indicador se debe a los impuestos establecidos a principios de verano por el Gobierno.

Por su parte, el portavoz de Economía de CiU, Josep Sánchez Llibre, criticó que la subida del IPCA se deba a la evolución del precio del crudo y no a la "activación" del consumo, que debería impulsar el Gobierno.

En este sentido, censuró las subidas de los precios de servicios públicos como el transporte, así como la "falta de una política decidida" por parte del Ejecutivo.