Por si fueran poco las consecuencias de la crisis que, en mayor o menor medida, está afectando a todas las actividades econonómicas, uno de los sectores con mayor tradición del Archipiélago como es la industria del tabaco tiene que hacer frente además a otros condicionantes añadidos como es la política auspiciada por los Ejecutivos central y autonómico encaminada tanto a aumentar la carga impositiva del tabaco rubio como a la prohibición de fumar en todos los restaurantes y locales de ocio a partir del próximo ejercicio.

Al respecto, el gerente de Agrupatabaco, Andrés Arnaldos Martínez, asegura que "por las graves consecuencias de orden económico y social que trae aparejado el cambio de modelo de la fiscalidad aplicada a los cigarrillos rubios, confiamos en que éste se lleve a cabo tras un debate sosegado en que se oiga a los agentes económicos y sociales".

En esta línea, subraya que "la subida de impuestos no puede sesgar el mercado, porque afectaría de lleno a las marcas canarias y pondría en riesgo la supervivencia de todo el sector productivo de las Islas".

A su vez, agrega que "la prohibición de fumar en toda esta cantidad de establecimientos será un mazazo para un territorio como Canarias, donde es imprescindible conciliar todos los intereses en juego, entre ellos, el impacto en el sector turístico".

Especificidades canarias

Arnaldos, que desde hace 27 años está vinculado de manera profesional al sector tabaquero como secretario general o director de asuntos corporativos de diferentes empresas, comenta que "en su momento, cuando se tramitó la Ley nacional antitabaco, el Gobierno central no supo entender las especificidades canarias en relación con la comercialización de tabaco, y sólo en el último minuto pudimos mantener nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF) sin menoscabo de los mandatos sanitarios".

Por tanto, señala que "también ahora habría que arbitrar alguna solución de compromiso en términos que no resulten lesivos para una economía como la local, donde el ocio es el primer negocio".

El gerente del primer clúster del tabaco de las Islas, que también ocupa el cargo de director general de la Asociación Canaria de Industriales Tabaqueros (ACIT), dibuja un panorama poco alentador de cara al futuro inmediato.

En este contexto, recuerda que "la venta de cigarrillos y cigarros hechos a mano en Canarias está experimentando caídas en los tres mercados que atendemos, es decir, tanto en el Archipiélago como en la Península y en el resto de Europa". Por contra, destaca que "los cigarros mecanizados canarios están aguantando bien y mantienen la cuota del 40% del mercado peninsular, lo que supone una venta de unos 400 millones de cigarros al año".

A su juicio, la medida fundamental para relanzar el sector es "aprovechar el cambio de fiscalidad en las Islas para los cigarrillos rubios, mejorando el tratamiento que recibe Canarias en el régimen de viajeros aplicado a las labores de tabaco, con lo que se incrementaría sustancialmente la venta a los turistas, sobre todo británicos y alemanes".

En cuanto a los cigarros hechos a mano, considera que "debe tramitarse sin más dilaciones la solicitud del contingente de cuatro millones de puros manuales con derechos reducidos para la Península, porque sin este beneficio fiscal será imposible competir con los cigarros del Caribe".

El representante de Agrupatabaco recalca que "la solicitud de este contingente fue acordada en junio por el Consejo de Gobierno de Canarias, aunque, a fecha de hoy, y por razones que no se acaban de entender, aún no ha sido planteada ante el Gobierno central, con lo que es más que probable que se desaproveche la oportunidad de que sea aprobada por la Unión Europea durante la presidencia española".