El Gobierno autónomo desvelará esta semana si se adhiere a la prórroga del Plan 2000E de ayudas directas a la compra de automóviles, aprobada por el Ejecutivo estatal el pasado 24 de octubre. Según la patronal canaria del ramo Fredica, el vicepresidente del Gobierno canario, José Manuel Soria, "está a favor" de destinar un millón de euros más al programa.

Cabe recordar que la Comunidad Autónoma contribuyó con 500 euros a la mayoría de las operaciones efectuadas en los primeros meses de vigencia del plan, al que destina la misma cantidad el Estado y 1.000 euros los fabricantes. En total, a los 100 millones estatales Canarias sumó dos que, por otro lado, se agotaron antes de que lo hiciera el propio plan, dejando algunas ventas con una ayuda de sólo 1.500 euros.

El presidente de Fredica, Rafael Pombriego, confirmó a este periódico la predisposición de la Consejería autonómica de Economía y Hacienda de respaldar también la ampliación del 2000E hasta final de año, para la que el Gobierno central destinará 40 millones. Desde el pasado día 9, fecha de entrada en vigor del Real Decreto que la regula, se aplican ya los descuentos de 1.500 euros a quien adquiere un coche de bajas emisiones contaminantes y achatarra uno con diez años de antigüedad.

La confirmación de la Consejería, según Pombriego, debería llegar esta semana. Añadirá un millón de euros que saldrán de ajustes presupuestarios. En buena lógica, la subvención se aplicará con efectos retroactivos al inicio de esta segunda fase del programa para evitar desajustes en el mercado.

Además, el titular de la patronal sectorial cifró en cerca de un millón de euros el montante que corresponde al Archipiélago de los 40 millones estatales. Éstos se distribuyen en función del prorrateo de la primera fase del plan, es decir, de forma proporcional al dinero -de entre el último 20%- que recibieron los operadores isleños según su peso en las matriculaciones amparadas en el Plan. La baja cuantía que llegará a Canarias es consecuencia, por tanto, de que fue la comunidad en la que, en términos porcentuales, menos operaciones se cerraron con el primer 80% de las fondos.

"Si se verifica la financiación extra, se hará con la mayor celeridad para que coincida con el plan nacional, y lo lógico, para no volver a crear otro caos, es que el Gobierno autónomo se adhiera a este sistema. Es una chapuza, pero no queda otra", destacó.

Repunte recaudatorio

La principal preocupación de los importadores y concesionarios de coches canarios es ahora certificar el apoyo del Ejecutivo autónomo a las ayudas que el Estado se ha comprometido a destinar al subsector el año que viene.

"Tenemos una reunión pendiente con el consejero de Industria, Jorge Rodríguez, en la que esperamos que ratifique las ayudas en 2010", indicó Pombriego, que insistió en que la experiencia de este año, después de muchos debates en torno a la conveniencia de "resucitar" el extinto Plan Prever, "ha sido positiva para todos: la Administración, los operadores y los clientes, y ha renovado el parque", el gran objetivo del 2000E.

El principal argumento para convencer al consejero es que la Comunidad Autónoma, según los cálculos de la patronal, "ha recaudado ocho millones de euros, luego ha tenido seis de beneficio. Y aunque considere que éstos no significan nada con la caída tan importante de la recaudación que existe, para nosotros está claro: peor es dejar que caiga el mercado y que se sigan perdiendo los ingresos, vía impuestos, que implica la venta de coches".

El compromiso del Ministerio de Industria es dotar con otros 100 millones el programa, se confirme como la extensión del plan actual o no. Aunque a priori en los Presupuestos autonómicos no se contemplan los "dos o tres" millones que tendría que sumar Canarias, "se puede hacer una refinanciación entre varias consejerías, ya que no estamos hablando de cantidades estratosféricas, sino de una ridícula, para lo que luego supone".

Pombriego recordó que el impacto del Plan 2000E no hay que medirlo sólo en las ventas acogidas a él, sino también en la demanda "inducida", el negocio generado por su "efecto arrastre".