Es pronto para poder analizar el cambio de entrenador en el Iberostar Tenerife, pero por lo pronto ayer ante el Real Betis Energía Plus se vio a un conjunto tinerfeño jugando con mayor desparpajo en ataque, corriendo y aprovechando cualquier ocasión para intentar hacer daño a la defensa rival.

Eso sí, mantuvo esa defensa que le ha caracterizado la campaña pasada y los inicios de esta con muchas ayudas, aunque quizás faltó algún ajuste más para intentar llegar a todos los ataques rivales.

Fotis Katsikaris debutó con triunfo, una victoria necesaria y más importante que jugar bien, pero lo cierto es que el público ayer disfrutó del partido, aunque enfrente el rival nunca se rindió y mantuvo en jaque a los locales.

Por fin se vio al Rodrigo San Miguel de la temporada pasada, dirigiendo con autoridad y anotando. La aportación ofensiva del base maño en el primer cuarto, apoyado por Richotti y Fran Vázquez, permitió al equipo tinerfeño empezar con ventaja en el marcador.

El Iberostar salió con garra y con esas ganas de hacerlo bien. Y lo hizo. Fuerte defensa, rapidez en los ataques y con acierto en el tiro, aunque con algunos problemas en el control del rebote defensivo, que inicialmente estaba controlado por el rival.

Pero en solo siete minutos el Iberostar Tenerife ya tenía una diferencia a su favor de diez puntos (19-9) y quizás las primeras rotaciones impidieron que la ventaja fuera superior. Y es que con los cambios el acierto ofensivo no fue el mismo, aunque lograron mantener las diferencias.

En el inicio del segundo cuarto, el Real Betis avisó de que ellos también jugaban y se acercó hasta los cuatro puntos (28-24 y 31-27), aprovechándose de esas indecisiones que el Iberostar Tenerife tuvo en ataque.

Pero un tiempo muerto, un pequeño ajuste defensivo y mayor control del rebote volvieron a poner las cosas en su sitio para alcanzar una ventaja de 15 puntos antes de llegarse al descanso (44-29).

El tercer cuarto fue clave para el desarrollo del choque. El alero polaco Mateusz Ponitka se convirtió en un jugador clave y fue una auténtica pesadilla para la defensa visitante. Su "uno contra uno" es casi imparable. Anotó nueve puntos en este cuarto y dejó clara su calidad.

Óscar Quintana, entrenador del Betis, intentó dar un giro al partido colocándose en una zona de ajuste y dicha defensa hizo su labor por momentos, atascando el juego de ataque del rival, pero su ineficacia en el juego ofensivo no le permitía rebajar la diferencia.

Se entró en el último cuarto con ventaja cómoda para el Iberostar Tenerife (70-54), una diferencia importante pero que obligaba a no relajarse, más aún cuando el Real Betis empezó a amenazar desde fuera con Draper, Schilib y Nelson (76-67).

Nuevo parón, reconducir de nuevo el juego y aprovechar la ventaja hasta el momento. Un parcial de 7-0, a falta de cuatro minutos para el final (83-67), fue definitivo para terminar por decidir el encuentro.

Ayer, el Iberostar Tenerife hizo su trabajo, se le vio con otra actitud y ahora lo importante es que esa "alegría" que se vio se mantenga en los próximos compromisos tan importantes como este.

Y a todo ello sería clave "recuperar" el juego y el desparpajo característico de Davin White, que ayer no estuvo acertado.