El CD Tenerife es el tercer equipo en número de temporadas en la Segunda División A (40), solo por detrás del Real Murcia y el Sporting de Gijón. Adelanta incluso a los asturianos en número de partidos (1.476), solo por detrás de los pimentoneros. Es el tercero en número de victorias (549), el segundo en empates (392), el tercero tanto en goles marcados (1.881) como en goles recibidos (1.788), el segundo en número de expulsiones (207), el único que ha logrado estar 21 partidos seguidos marcando un gol en su propio estadio, el que más jugadores utilizó en una misma temporada (32) sin extranjeros (sucedió en la 2013/2014) y, por el contrario, el que más jugadores con pasaporte no español tuvo en un curso (19 en la 1999/2000). Esto último ayudó a ascender hasta la segunda plaza en la clasificación de clubes que más futbolistas no nacionales han utilizado en sus años en Primera (107).

Son algunos de los datos globales de cuatro décadas en la categoría de plata para la institución blanquiazul. Este es su hábitat natural, pero lo ha sido siempre mirando hacia arriba. Hacia una Primera División que, como de costumbre, vuelve a ser el objetivo a conquistar esta temporada. Lo intentará contra viejos conocidos como el Cádiz y el Valladolid (57 enfrentamientos) y contra alguna escuadra a la que no se ha enfrentado hasta ahora: el Lorca CF, que se estrena en el fútbol profesional. También contra dos filiales, circunstancia que no se daba desde el curso 2013/2014 (entonces Real Madrid Castilla y Barcelona B; ahora el Sevilla Atlético y las "jóvenes" promesas culés). Estará enfrente de rivales con los que hacía más de 40 años que no se veía las caras (Cultural Leonesa en 1975) y lo hará por tercera campaña consecutiva sin derbi contra la UD Las Palmas (no sucedía desde el descenso de los blanquiazules a Segunda de 1999).