El Pabellón de Deportes Santiago Martín concentrará hoy y mañana a los dos únicos jugadores tinerfeños que han jugado con la selección española absoluta masculina. Sergio Rodríguez estará sobre el parqué, mientras que Cristóbal Rodríguez, internacional durante casi una década entre los años 60 y 70, seguirá las evoluciones de los duelos desde la grada.

Residente en la capital de España, el médico pasa unos días de "vacaciones" por su Isla y aprovechará para contemplar la visita de un "Team Ñ" que viene a "reconocer el esfuerzo que ha hecho Tenerife durante muchos años por el baloncesto", señaló a EL DÍA el propio Rodríguez. "La estela del Iberostar, la apuesta de las instituciones por el Mundial femenino del próximo año o la figura del Chacho" son aspectos que han sido tenidos en cuenta para que España juegue por primera vez de manera oficial en la Isla, según sus propias palabras.

El galeno siente "orgullo" por estar entre los tinerfeños seleccionados, mas a la vez "pena" porque no haya habido más jugadores oriundos de la Isla. Sergio recogió su relevo, aunque "lo que está consiguiendo no tiene parangón con respecto a cuando yo estuve".

Rodríguez entiende que la selección "ha cambiado, como lo ha hecho el deporte a todos los niveles. En mi época, España luchaba por clasificarse para los cuartos de final y ahora lo hace por las medallas. Nuestros rivales eran Bélgica, Polonia o Italia, mientras que los de la actualidad son equipos punteros. La Televisión ha influido mucho y la potencia de la Liga Española, también", explica.

Con sus 198 centímetros de altura fue normal que su posición de partida fuera la de cinco. "En aquellos años no había gente muy alta. Empecé de pívot, pero luego me fue alejando del aro. Posteriormente pasé al cuatro, al tres, al banquillo, a la grada y a la televisión", bromea el exjugador. Sus últimos años en el club de su vida, el Real Madrid, con el que completó 13 cursos, participó como alero.

Cristóbal Rodríguez mira al futuro del combinado español con cierto recelo. "Esta generación ha conseguido algo muy difícil de repetir. Se trata de ciclos. Existió el ruso, el yugoslavo, el francés y ahora es el español. Si ves algunas plantillas de la actual ACB, apenas hay dos o tres españoles. Viene por detrás gente muy buena, pero va a ser difícil que tengan hueco, tal y como está montado esto. Desde mi cometido médico, siempre he sido defensor de que haya más españoles. Habría que arbitrar nuevas fórmulas para ello", reflexiona el internacional tinerfeño.