José Luis Martí restó dramatismo al encuentro de hoy, el de vuelta de la primera eliminatoria de ascenso a la máxima categoría. "Estamos hablando de ganar un partido de fútbol", resumió el entrenador recordando que un 1-0 clasificará al Tenerife en el cruce con el Cádiz. Eso sí, añadió que será conveniente evitar goles del rival. No obstante, aseguró que esa adversidad no provocará que los blanquiazules firmen la rendición. "Si ellos marcan, no bajaremos los brazos; seguiremos adelante".

¿Cómo están los jugadores?

Bien. Hay que saber que estas eliminatorias son a doble partido y que solo se ha jugado la mitad. Vamos en desventaja y tendremos que intentar recobrarla lo antes posible. Hay que marcar un gol. Y para ello no tenemos que volvernos locos ni desesperarnos, sino intentar ponernos por delante en el marcador lo antes posible, si puede ser. Pero vamos a tener tiempo hasta el final. Será muy importante estar concentrados y activos, y los jugadores están con una confianza tremenda. Es lo que han demostrado y esa es la manera en la que se han desenvuelto durante la competición

Se trata también de no encajar.

Sería muy importante, pero si recibimos uno, tendremos que hacer tres. No queda otra. Habrá que jugar con esa mentalidad. Los partidos de eliminatorias son diferentes al resto. La mentalidad juega muy a favor de algún equipo en momentos puntuales, y nosotros estamos en un momento de optimismo y de saber que es muy posible, porque creemos en ello y sabemos que tendremos muchísimas posibilidades si hacemos nuestro trabajo.

¿Qué respuesta espera del equipo en el caso de que el Cádiz consiga marcar primero?

En el fútbol sabemos que todo es posible. Independientemente de que encajemos un gol, a lo largo del partido vamos a tener nuestras opciones. Lo ideal sería no encajar ninguno, pero si el Cádiz marca, no vamos a bajar los brazos. Todo lo contrario. Seguiremos peleando hasta que el árbitro pite el final, con la idea de que siempre será posible, si creemos en ello.

¿Están heridos en el orgullo?

No creo que el equipo tuviera falta de actitud el jueves. Simplemente, nos superaron. Este equipo ha demostrado que tiene un gran orgullo, una gran personalidad, un gran sacrificio, un gran sentimiento por lo que hacen, una gran profesionalidad... Y queremos demostrarlo y darle la vuelta a esto.

¿Le preocupa que los jugadores acusen un exceso de ansiedad?

Para nosotros es un orgullo ver el estadio lleno. Ha sido nuestro deseo desde que iniciamos la temporada, lo que quiere todo jugador el día que sueña con competir en un estadio lleno. Esto es lo que querían, lo que van a vivir. Tendrán esa suerte. Ellos están disfrutando ese momento, disfrutando de la gente. La afición vendrá con la máxima ilusión para apoyarnos. Para hacer algo hay que creer que es posible; y todos creemos que es muy posible: los aficionados, los jugadores, los entrenadores, el club... Estamos hablando de ganar un partido de fútbol, con la diferencia de que si no encajamos goles, será muchísimo mejor.

No lo ve inalcanzable.

Es que estamos tranquilos por eso. Nos hubiera gustado volver de Cádiz con un mejor resultado. Por supuesto. Nos hubiera gustado tener una mejor sensación en cuanto a lo que fue el partido de ida. Pero pensamos en el presente, en el encuentro de vuelta y en mejorar cosas, sabiendo que podemos hacer un gol, ganar y pasar a la siguiente eliminatoria para soñar con el ascenso a Primera.

¿A qué jugadores ha visto tirar del carro en estos días?

Todos se apoyan unos a otros. Los que tienen más experiencia siempre están ahí para hablar con los demás, pero hay otros que son menos expertos y tienen la capacidad de tirar de los compañeros. Este es un grupo con una personalidad tremenda. Es lo que han demostrado a lo largo de la temporada y es lo que demostrarán en este partido. Estoy convencido.

¿En qué cambiará el Tenerife?

No vamos a plantear ningún cambio en la filosofía que hemos tenido durante la temporada. Eso es lo que nos ha traído aquí. A medida que vayan pasando los minutos, si el resultado no es el que deseamos, a lo mejor tendremos que tomar otras alternativas, pero, en un principio, esperamos un partido cerrado, un partido en el que habrá muchas interrupciones y en el que el Cádiz jugará un poco con su ventaja, intentando parar el juego, perdiendo el tiempo, evitando que exista ritmo y buscando algún encontronazo para parar lo máximo posible... Pero ahí estará el árbitro para no permitir ese tipo de cosas. Es lícito que el rival lo haga, pero eso no nos debería afectar ni sacarnos del partido. El pasado jueves le sacaron una tarjeta amarilla a Dani en el minuto 35 por una teórica pérdida de tiempo. Si sucede lo mismo, habrá que manejar esa situación, pero sin desesperarnos. Los árbitros se pueden equivocar, pero en este tipo de acciones lo tienen más sencillo para tomar decisiones.

¿Modificará la alineación?

Posiblemente tendremos que hacer cambios. Hay jugadores que, físicamente, todavía no han podido encontrar su mejor versión. Podría ser un partido muy largo. A lo mejor es de 120 minutos. Tendremos que manejar esa situación, y en la plantilla hay gente fresca, gente que está deseando salir, que puede participar desde el inicio, que podemos reservar para más tarde... Iremos manejándolo para ver qué decidimos.

¿Qué Cádiz espera?

Hizo un esfuerzo enorme el jueves y después de tan pocos días será difícil que tenga ese mismo ritmo, con una presión tan alta. Pero también es probable. Tiene varias posibilidades, la de esperarnos y aprovechar su velocidad o la de intentar presionarnos para que no estemos cómodos. Hemos analizado las dos situaciones, e incluso el posible caso de que jueguen con otro tipo de sistema para intentar contrarrestar lo que nos podamos encontrar, con la idea clara de crear ocasiones de gol continuamente.

¿Qué mensaje le da a la afición?

Que venga con la idea de creer. Si la afición cree, nos lo transmitirá a nosotros. Y por lo que percibo, la afición cree y piensa que es muy factible el hecho de que el Tenerife esté la temporada que viene donde todos queremos. Nos lo viene demostrando día a día con el cariño que nos da. Cuando necesitamos su empuje, está ahí.