Permítanme que escriba esta vez solo de un jugador: Gaku Shibasaki. Ayer deslumbró con un repertorio propio de un futbolista de Primera... y de los buenos. En el tiempo que tardó López Muñiz en reajustar su medular, el japonés generó ocasiones para desnivelar el choque. Luego siguió siendo el más desequilibrante de los locales. Lo hizo, siempre que le fue posible, a un solo toque y con una precisión que asombra. Acabó cansado, pero incluso con las fuerzas justas, eligió bien cada vez que tuvo el balón en su poder. Estamos ante un jugador de dibujos animados. Como aquellos de Óliver y Benji.

@juanjo_ramos