Sorprendidos por sus prestaciones, hemos decidido hacer una comparativa con los karts convencionales de gasolina. Ambos son deportivos puros, pensados exclusivamente para el placer desde que nacieron, y eso, les hace muy especiales a la hora de conducirlos.

Cambios estéticos.- Ambos karts, tanto eléctrico como de gasolina, nacen del mismo fabricante italiano, CRG, una de las mejores fabricas de karts tanto a nivel profesional como de la línea de alquiler. El principal cambio estético es que el kart eléctrico viene totalmente carrozado, con una línea muy parecida a los fórmula 1, contando también con un volante multifunción, dónde puedes regular la separación de los pedales y dónde tienes un botón para pulsar el KERS (aporta un extra de potencia), indicador de carga de batería y temperatura.

Cambios mecánicos.- A diferencia del kart de gasolina que solo tiene un motor de varias cilindradas, el eléctrico, dispone de dos motores eléctricos (6kv) con dos correas de transmisión al eje en cada rueda trasera.

A) Frenos: El kart eléctrico dispone de disco de freno en cada rueda delantera y un freno eléctrico de motor en las ruedas traseras. El de gasolina dispone de un único disco de freno trasero.

B) Refrigeración del motor: El kart de gasolina su refrigeración es por aire y el eléctrico dispone de un ventilador en cada motor.

C) Sistema de arranque de motor: El kart de gasolina arranca mediante cuerda y la novedad del eléctrico es que enciende por un botón.

D) Cilindradas: El kart de gasolina dispone de 3 cilindradas: 120CC, 270CC, 390CC. Frente al eléctrico que cuenta con mismo motor, diferentes mapas de motor: JUNIOR, ESTANDAR, PROFESIONAL. A diferencia del de gasolina, que cada motor tiene su cilindrada, con el eléctrico tienes el mismo motor y solo tendrías que cambiar la potencia electrónicamente, según conductor.

En marcha.- Al pisar el acelerador a fondo, la primera batalla es para el kart eléctrico, sin sonido, dónde echamos de menos las verdaderas melodías de un motor de gasolina. Pero que nadie se preocupe por ello, la sensación de velocidad está asegurada.

El kart ha perdido sonoridad pero emplea mil trucos para seguir siendo excitantes como con el botón del KERS, freno de motor, la posibilidad de llegar antes a las curvas.

A pesar de ser más pesados que los karts de gasolina, logra unas mejores aceleraciones en contra de perder velocidad punta por escaso margen. Que hace que la comparativa entre ambas motorizaciones en tiempo por vuelta sea muy similar. El paso de curva del motor de gasolina es una delicia, el tacto deportivo resulta generoso y su conducción muy eficaz sin subviraje y con la atención del conductor puesta en la trasera para que no domine el coche en aceleración. En el kart eléctrico, a diferencia de lo dicho anteriormente, el tacto con el acelerador debe de ser muy progresivo en el paso de curva, ya que la entrega de potencia es inmediata y el derrapaje está asegurado. Al dejar de acelerar, actúa el freno de motor y al volver a acelerar tarda un poco en reaccionar siendo muy brusca la entrega de potencia.

En definitiva, el paso por curva del kart de gasolina es superior y el conductor nota una precisión de bisturí al meter el kart en las curvas. Ambos karts, en el vértice de la curva, el comportamiento es totalmente neutro, gracias al excelente reparto de pesos. A la hora de acelerar a fondo en salida de curva, el kart eléctrico logra la magia de una eficacia por las nubes con una seguridad total. Y decimos magia porque la entrega de potencia de kart eléctrico es muy superior a la convencional.