TRIUNFO HISTÓRICO para el baloncesto canario, no cabe duda. Para los que somos de aquí y hemos disfrutado toda nuestra vida de este deporte, valoramos enormemente que a día de hoy se respire baloncesto en la calle. Todos somos aficionados al baloncesto y ganar siempre es bonito, no solo por el hoy, sino por la repercusión que tiene cara al futuro. El tiempo dirá.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? En la semifinal, un gran Abromaitis se echaba al equipo a las espaldas y mostraba el camino hacia la victoria. Ayer y como no podía ser de otra manera, la victoria ha sido del equipo. Ayer le ha tocado a Grigonis, pero creo que mera anécdota. Cuando nos temblaron las piernas en el momento en que Banvit se coloca a 2 puntos, aparece Devin White para jugarse el tiro ganador y convertir un triple que sentenció el encuentro.

Defensa, defensa y más defensa. Ahogar a las estrellas del rival y tomar riesgos donde el "Coach" decide asumirlos. No se puede defender todo. Que el equipo confíe en el camino marcado, clave para el éxito. Está claro que Txus Vidorreta lo ha conseguido. Hemos visto una final peleada, con muchos nervios por momentos, pero siempre el sello de identidad de este equipo ha estado presente. Han luchado el uno por el otro y han conseguido dejar a Banvit en 59 puntos. No nos olvidemos, campeón de Copa en Turquía, posiblemente la liga más potente de Europa en la actualidad.

Seguimos soñando, pero... qué bonito es ganar.