El Iberostar Tenerife venció anoche al Asvel Lyon Villeurbanne francés (61-51), hizo bueno el empate de la ida y se clasificó para disputar la final a cuatro de la Basketball Champions League, que tendrá lugar el último fin de semana de abril entre el 28 y el 30, en una sede aún por determinar. De hecho, el comisario de la FIBA, responsable de esta competición, estuvo ayer en el palco de un abarrotado Santiago Martín y se mostró complacido por las instalaciones y por el espectáculo que ofreció la afición canarista.

En el plano estrictamente deportivo, el triunfo de los tinerfeños no fue nada sencillo, logrado con mucho esfuerzo y pasando tramos muy duros en el juego y en el marcador, ante un rival que tuvo que superar varios contratiempos en forma de lesiones y faltas personales prematuras, pero que se repuso y fue capaz de asustar a la parroquia local cuando le dio la vuelta al marcador al final del tercer cuarto, con un parcial de 0-12. Dos triples consecutivos del lituano Marius Grigonis desatascaron al Iberostar, que a base de defender las penetraciones de los franceses logró mantener su corta renta y ampliarla para disfrutar de un final de partido relativamente tranquilo. La despedida del equipo fue apoteósica. Faltan dos pasos para el título europeo.