La palabra derbi va unida a otros términos, tales como historia, expectación, rivalidad, etc. No obstante el más relevante, y que adquirió doble sentido en esta cita, fue el de igualdad. Pese a la paridad, el Granadilla salió mejor en la segunda parte y supo aprovechar dos de los pocos espacios concedidos por un colosal Tacuense.

Uno con la vitola de favorito, otro reforzado tras la última victoria liguera. El Granadilla Egatesa comenzaba el encuentro desempeñando el juego combinativo que le caracteriza y que va adscrito a la filosofía de Toni Ayala. El Tacuense se mostraba férreo y bien ordenado ante las aproximaciones rivales. La primera ocasión de peligro iba a dar cuenta fidedigna de lo que iba a tener lugar en los primeros 45 minutos. La grancanaria Celia Ruano buscó portería, sin embargo su intento fue interceptado por la retaguardia granadillera. La réplica vino dada una vez sobrepasados los primeros quince minutos, Pisco tiró un desmarque y recibió el balón entre líneas, Pili se interpuso entre el disparo y el gol; sería la primera de muchas intervenciones de valor de la experimentada cancerbera.

El nerviosismo hacía mella en las labores de creación y de ejecución de las que figuraban como locales. Las pérdidas sureñas se sucedían una tras otra, este ítem no era producto de la casualidad, sino de la alta presión ejercida por el conjunto del Pablos Abril. Aquel que pensara que la diferencia iba a ser notable en todos los ámbitos, y en mayor medida si atendíamos a términos físicos, había errado sus hipótesis. Planteamiento impoluto de Fanfi Herrera.

Rondando los primeros veinte minutos de juego, una pérdida de Sara Tui supuso la ocasión más clara de la primera mitad. Celia condujo, dribló y su disparo, en el uno contra uno ante Noelia Ramos, se marchó rozando la madera.

Minutos más tarde y atendiendo las directrices desde el banquillo local, Eva Llamas probó suerte desde lejos con un disparo inocuo. En la siguiente jugada Silvia Doblado concedió en defensa, dejando en bandeja un balón a Jessica Márquez, que chutó precipitadamente. La anticipación por ambos bandos restaba crédito de cara a puerta.

El guion no cambiaba, Ayala se mostraba insatisfecho y ordenó a Virgy que se dispusiera a realizar ejercicios de calentamiento. El Tacuense, mientras, seguía fiel a su estilo. Sin embargo, no estaban acertadas de cara a portería. El físico iba en declive y la fatiga hacía acto de presencia. Ya en los minutos previos al descanso, Tibi cedió un despeje a la frontal que fue aprovechado por Eva Llamas, Pili se empleó a fondo y envió a córner.

Se llegó a tiempo de intervalo. Ambos planteles acusaban el desgaste al que se habían expuesto durante la primera mitad; el descanso favorecía a ambos, aunque en mayor medida al Granadilla Egatesa. Las instrucciones de su técnico podrían inducir a una mejora necesaria.

El tanteo pidió paso en los primeros minutos del segundo acto. Virgy ingresó en el terreno de juego por una inoperante Ayano; sus imprecisiones fueron motivo de la sustitución. Las de El Médano salieron con ímpetu y con un juego más directo de lo que habían aplicado en lo dispuesto a priori.

Los fantasmas volvieron a comparecer en la declaración de intenciones de las de Ayala. Silvia Doblado perdió la posesión ante Andrea, la ex del Once Piratas metió en profundidad para Celia, que la orientó hacia la derecha, su tiro marchó a escasos centímetros del larguero. El Tacuense volvía a creer en sus posibilidades.

Las permutas en lo táctico y las entradas de Virgy y la posterior de Mery Martí empezaban a hacer efecto. Toni Ayala había leído e interpretado la realidad a la perfección. El derbi también era de los banquillos.

El empate inicial invitaba a pensar que si el duelo caía de uno de los dos lados, sería de aquel que cometiese menos errores de ahí al final. Precisamente un desajuste en la retaguardia sería el desencadenante del primer tanto del partido. La inefectividad por banda izquierda llevó a intentarlo por la banda opuesta. Estella centró y la natural de Granadilla, Ana González, estableció el 1-0.

En la mayoría de los casos, un gol supone un punto de inflexión. El Tacuense constató y sufrió esta premisa. La fiabilidad de las de Herrera disminuyó en presión, precisión en el pase y en labores defensivas. Adelantaron líneas en busca del gol que restableciera la igualada. El encuentro había tornado su sentido. Ahora era el Granadilla el que ocasionaba mayor peligro en área hostil. En una de ellas, y cuando transcurría el minuto 76, Virgy materializó el segundo rechace en una secuencia en la que la meta tacuense parecía infranqueable. Pili y el larguero se interpusieron ante Ana y el doblete previamente. Campeaba el 2-0 que se entrelazó con los rostros de desánimo de las laguneras. No obstante Celia, por enésima vez, pudo marcar y así recortar distancias. La internacional Noelia Ramos detuvo el disparo.

El Granadilla hizo alarde de su particular eslogan de "guerreras". El Tacuense dio credenciales de su identidad de lucha y garra. No será empresa fácil, aunque las evidencias invitan a soñar con un nuevo derbi femenino en la 17/18.

2-0

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Granadilla Egatesa: Noelia, Estella (Natalia Ramos, 78''), Cindy, Patri Gavira, Pisco, Eva Llamas, Silvia Doblado, Ayano (Virgy, 46''), Sara Tui, Paloma Lázaro (Mery Martí, 55'') y Ana González (Luana Spindler, 78'').

Tacuense: Pili, Pachu, Tibi, Lauri, Aleksandra, Tamara (Estela Jaramillo, 71''), Jessica Márquez (Xiomi, 71''), Andrea, Reichel (Tania, 58''), Nisa (Lara, 90'') y Celia Ruano.

Árbitro: Álvaro Moreno Aragón, asistido en las bandas por Andrada Aloman y Elena Contreras Patiño.

Goles: 1-0, m. 56: Ana González. 2-0, m. 76: Virgy.

Incidencias: Estadio Heliodoro Rodríguez López. Ante 7.497 espectadores. Encuentro correspondiente a la vigesimotercera jornada de la Liga Iberdrola.