Una racha de cuatro jornadas sin ganar, con dos puntos de doce, ha situado al Mensajero en puestos de descenso a Tercera División, zona en la que el equipo palmero entró hace dos semanas después de quince fechas sin verse entre los cuatro últimos de la tabla.

Los rojinegros no ganan desde el 15 de enero, día en el que se impusieron al Amorebieta (3-2). A partir de ahí, empate en el campo del Gernika (0-0), derrota como local frente al Leioa (1-2), tropiezo (3-0) en la visita al Fuenlabrada y el reciente 0-0 con el Rayo Majadahonda en el Silvestre Carrillo.

Ahora toca reaccionar frente a un aspirante al ascenso, el Toledo. Luego, el Mensajero tendrá que superar a dos rivales directos, el Socuéllamos y el Zamudio. "Donde estamos más tranquilos es en el vestuario, porque sabemos cómo estamos trabajando", afirmó ayer el entrenador Jaime Molina, que se siente con fuerzas para sacar adelante al conjunto palmero. "Dimitir sería de cobardes", dijo en Radio El Día. "Creo mucho en mi trabajo", apuntó el andaluz, convencido de que el escaso número de goles a favor "está hipotecando" al Mensajero. "Nos cuesta hacer goles", comentó sobre un equipo que solo pudo anotar un tanto en los cuatro últimos partidos y que perdió durante ocho jornadas al delantero Borja Rubiato, de baja por una sanción que se produjo en la visita al Albacete, el 4 de diciembre.

Molina insistió en mostrarse optimista. "No estamos teniendo la suerte de marcar, pero trabajar, trabajamos muchísimo y yo no me resigno. Solo nos hace falta ganar partidos para sentirnos más tranquilos", indicó.

El técnico lamentó no haber podido vencer al Rayo Majadahonda el pasado domingo, pero recordó que "el punto ha servido para romper la racha de dos derrotas seguidas y, además, se consiguió ante un rival difícil".

Pensando en el siguiente compromiso, no descartó sorprender al tercer clasificado en el Salto del Caballo. "Hemos hecho grandes partidos en campos como este y vamos con la idea de ganar y de quitarnos una espina clavada".