La nota positiva de la derrota canarista fue la reaparición del capitán Nico Richotti, casi seis meses después de su último partido oficial. "Sentí alegría cuando Txus (Vidorreta) me dio la orden de entrar. Una vez adentro, no me sentí físicamente bien. Fue un partido duro. El nivel físico del rival era muy alto. Con un entrenamiento solo, estoy muy por detrás de mis compañeros. En cierta parte, tengo un sabor agridulce", relató el protagonista. Autor de cuatro puntos en casi siete minutos de juego, el argentino aseguró que el dedo recientemente lesionado no le dio problema alguno. "Ni pensé en él en el partido".

El dorsal número cinco aurinegro comentó que su entrenador le había dicho que "estuviese tranquilo" que "el juego viniese" hacia él y que ocupara el rol de "dar descanso a los jugadores que más minutos estaban jugando. Tengo que mejorar el ida y vuelta de la cancha, que es absolutamente diferente a lo que estaba entrenando cuando lo hacía solo. Espero que con 10 días de entrenamiento y dos partidos esté bien físicamente", explicó.

De su rival, el Strasbourg, declaró que "vino con una idea muy clara. Puso el listón físico muy alto. Supieron defender muy bien nuestro pick and roll. No pudimos encontrar situaciones cómodas, que en otros partidos estábamos teniendo. Tenemos que mentalizarnos de que estos equipos juegan así de duro y que este es el verdadero nivel de la Champions".

En el mismo sentido, Richotti reveló que el partido deparó mucho contacto. "Los rivales estaban todo el rato golpeándote. No nos sentimos cómodos en ningún momento. Con un arbitraje ACB se hubieran señalado muchas más faltas", afirmó.