El Tenerife parece haber perdido el plan. El de ayer fue un equipo plano, previsible, poco intenso y sin amor propio para imponerse en los duelos individuales en la primera media hora. Luego, recuperó un par de balones y asustó antes de la roja. Ahí empezó otro partido que tampoco supieron jugar los blanquiazules, a los que les faltó oficio después del 1-0.

Pero más allá de actuaciones poco afortunadas de jugadores habitualmente seguros, como la de Dani Hernández (su peor actuación desde la goleada en Soria), fue la dirección lo más preocupante. Martí hizo ayer el segundo cambio antes que el primero, retiró al zaguero más preciso con la pelota y dejó a su equipo sin centro del campo (tuvo mucho que ver en la falta de control tras el 1-0). Fue un paso atrás del Tenerife... y de su entrenador, al que vi decepcionado después del choque y algo perdido durante. Espero que se reencuentre.