La inconfundible voz de Paloma del Río cautivó al nutrido público que hace unos días acudió al salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Información. El ciclo de conferencias organizado por la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT) y la Universidad de La Laguna (ULL) tocó a su fin con una periodista curtida en mil batallas olímpicas, que sigue reivindicando los deportes con menos repercusión y defendiendo un trato igualitario para con el deporte femenino en todos los ámbitos de influencia.

Usted fue auxiliar de clínica antes que periodista. ¿Por qué estudió dos disciplinas tan distantes?

Ambas son vocacionales. Una vez terminado el BUP, lo de la universidad en ese momento se me hacía muy grande. En ese año hice cursos de inglés y de auxiliar de clínica. Cuando tuve una estabilidad laboral, pensé: yo tengo capacidad intelectual como para estudiar. Y entonces me lancé. La gente me decía: harás medicina. Y yo respondía: a mí lo que me gusta es el periodismo.

Un estudio que nunca le ha abandonado de cara a explicar en televisión unos deportes tan técnicos como los que suele abordar.

Pensaba que dejaría de estudiar cuando hice el último examen en quinto de carrera. No solo no dejas de estudiar, sino que estudias más. Cuando yo empecé hace 30 años no había revistas de deporte minoritario. Toda esa información la tuve que recabar fuera, cada vez que viajaba a hacer una retransmisión. Buscaba libros de patinaje, de gimnasia... para empaparme y saber la mayor cantidad posible de técnica. Si no lo sé yo, cómo se lo voy a explicar a la gente...

¿Soñaba con contar tantos Juegos Olímpicos?

Llevo 30 años en la tele y 14 Juegos Olímpicos, 8 de verano y 6 de invierno. No pensaba que mi carrera iba a ser así. He tenido la suerte de que en Televisión Española hay muchos compañeros que quieren hacer fútbol. A mí no me interesa demasiado.

¿La llama olímpica le ha modelado como persona?

He encontrado en el olimpismo unos valores que pueden utilizarse como vía de educación. Tiene unos valores de resistencia, de perseguir sueños, de motivación... Si los aplicáramos todos los días, la sociedad sería un poquito mejor. Ese el espíritu con el que yo vivo: el de levantarme con ilusión y motivación todas las mañanas para poder hacerlo lo mejor que pueda.

Hay otra cara en el olimpismo. Los casos de dopaje, por ejemplo.

Prefiero mirar la cara romántica e histórica del olimpismo. Pero no dejo de ver que esto es una empresa que genera mucho dinero y en donde todos quieren estar. No me gusta la mentira y el dopaje es una mentira del deportista y una falta de respeto hacia sus compañeros.

Para bien y para mal, ¿qué momentos le han marcado en los Juegos Olímpicos?

Para bien, casi todos. Aunque son 16 días de un trabajo intensísimo, previamente hay mucho trabajo de preparación. Yo no llego a unos Juegos Olímpicos sin haber estudiado muchísimo. En general, son muy satisfactorios, aunque comas mal, duermas poco o vayas corriendo a todos los sitios. La competición olímpica es grandiosa. Sabes que solo están los mejores. Igual que los periodistas: no todos los que quieren ir a unos Juegos, están. Yo me siento una privilegiada. Negativos también hay. Como los transportes en Río, o la hipocresía de los deportistas que se dopan y van de limpios.

La inversión en deporte es una de las grandes preocupaciones de cara a los futuros Juegos.

La inversión que se hizo para Barcelona no se hizo luego para Atlanta. Aunque se mantiene el plan ADO, que se creó en el año 1988 para formar a los deportistas y permitirles una profesionalización de su vida deportiva, lo cierto es que la crisis ha hecho que los patrocinadores inviertan menos dinero. Espero que ahora, que parece que salimos de la situación económica catastrófica que hemos tenido, vuelvan a aparecer mecenas que vean el retorno que le supone a sus marcas. Ahora mismo es de un 90% en beneficios fiscales.

Es usted reivindicadora del deporte femenino. ¿No cree que la equiparación al masculino debería ser un proceso natural?

Debería. La realidad es que es empeño personal de determinadas figuras en el panorama de la sociedad española. Yo seguiré reivindicando que el papel de la mujer debe estar equiparado al de los hombres, y no solo en el deporte. En los dos últimos ciclos olímpicos, las mujeres han conseguido más resultados que los hombres. Eso desaparece del panorama y no se ve reflejado en los medios de comunicación.

En general, ¿cómo ve el periodismo deportivo en este país? Parece que el periodista es cada día más protagonista.

Estas tertulias que tienen su público y generan mucho ruido me parece que son de opinión y no de información. Generan unos egos y unas arrogancias que no me gustan. El periodista debe saber que es el que traslada la información de un lugar a otro.

Suele estar muy activa en las redes sociales. En la Ceremonia de Apertura de los Juegos fue muy criticada y elogiada. ¿Cómo lo lleva?

Aprendí a digerir ambas cosas hace 30 años. Hacer transmisiones te pone en tu sitio. Muchas veces, no todo lo que dices gusta a la gente. Es curioso que con las mismas palabras a unos caes bien y a otros mal. Lo acepto.

Si le digo Tenerife y Deporte, ¿Qué le viene a la mente?

Ana Bautista y Nelva Estévez. La Escuela de Gimnasia Rítmica de Tenerife siempre ha sido un laboratorio de gimnastas para el equipo nacional.