El alemán Nico Rosberg (Mercedes) ganó el Gran Premio de Singapur, logró su octavo triunfo del año y arrebató el liderato del Mundial de Fórmula Uno a su compañero y rival el triple campeón del mundo inglés Lewis Hamilton, tercero este domingo en el circuito de Marina Bay.

Rosberg sumó su vigésimo segundo triunfo en la categoría reina del automovilismo, tras aguantar en el tramo final el ataque del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), segundo en una prueba en la que el español Fernando Alonso (McLaren) fue séptimo; y en la que el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) remontó 17 puestos y acabó quinto, justo detrás de su compañero finlandés Kimi Raikkonen.

Nico, de 31 años, que llegó a Singapur dos puntos por detrás de Hamilton, y que el sábado había firmado su vigésima novena "pole" en Fórmula Uno, gestionó bien una carrera en la que acabó sufriendo en las últimas curvas, debido a la presión de Ricciardo -con neumáticos más frescos-; y ahora lidera el Mundial con 273 puntos, ocho más que su rival inglés y con 94 sobre el australiano, que es tercero.

En un Gran Premio que cumplió su novena edición era alta la probabilidad de entrada del coche de seguridad. Algo que no tardó en confirmarse, ya que el "safety car" apareció a las primeras de cambio: a causa del accidente que provocó en la salida el alemán Nico Hülkenberg (Force India), con una espectacular cruzada que, por suerte, no tuvo mayores consecuencias.

De él salió bien parado Alonso, que volvió a brillar en una salida y ascendió cuatro puestos, hasta la quinta posición, que tras doce vueltas ocupaba por detrás de Rosberg, Ricciardo, Hamilton y Kimi.

Cuatro giros antes, a Sainz, con una pieza de fibra de carbono colgando de su monoplaza, le habían mostrado la bandera negra con punto naranja, que obligaba a entrar en box para reparar la pieza dañada. El hijo del doble campeón mundial español de rallys de idéntico nombre aprovechó para cambiar a superblandos, pero, a partir de ahí, todo se vino abajo: cayó al decimoctavo, acabó con una parte de sus sistema de recuperación de energía dañado y sólo remontó cuatro puestos, para acabar la jornada decimocuarto.

En una carrera en la que Vettel, cuádruple campeón mundial, que había quedado eliminado en la Q1 de la calificación por un problema de suspensión, protagonizó la gran remontada, tras afrontar desde la última posición de la parrilla un Gran Premio que ganó el año pasado.