Desde la temporada 02-03 no falta al menos un filial en la Segunda División A. Esa temporada, fruto de una carambola en la última jornada del "play-off" de ascenso, consiguió su lugar en el fútbol profesional el Málaga B. La aventura duró tres campañas y de aquella generación salieron interesantes futbolistas como César Navas, Gámez, Alexis Ruano, Usero, Diego Castro, Juan Rodríguez o Álex Geijo que luego harían carrera en la élite.

En el curso de su descenso dio el relevo al Real Madrid Castilla, con el que coincidió entonces. De nuevo, una generación de oro. El segundo año de los merengues (06-07), el suicidio. Con Michel como entrenador descendían los Granero, Borja Valero, De la Red, Negredo, Juan Mata o Callejón. Aquello le costó al club blanco un lustro en la categoría de bronce. De ella ascendió para no dejar huérfana de filiales la Segunda el Sevilla Atlético, que también tuvo una experiencia de dos temporadas. De la Bella, Marc Valiente, Armenteros o Perotti no lograron que el equipo se repusiera de la salida, rumbo al primer equipo, de Manolo Jiménez.

En esa ocasión fue el Villarreal B el que asumió el puesto de representante de las escuadras de promesas. Su estancia duró tres temporadas y no se vio truncada por un descenso deportivo propio, sino por el de su primer equipo a Segunda. Acabó la 11-12 en la duodécima plaza, pero sabiendo que su destino obligado era la Segunda B. En sus filas estaba el tinerfeño Iriome.

El Barcelona B, ascendido por Pep Guardiola en junio de 2010, ya llevaba dos cursos coincidiendo con el cuadro castellonense y tendría luego otro compañero de viaje: el Real Madrid Castilla. Ambos vivieron incluso en la parte alta de la clasificación. Los culés fueron terceros en dos ocasiones. Primero con los Bartra, Muniesa, Jonathan Soriano, Nolito o el blanquiazul Edu Oriol. Luego con los Denis Suárez, Sandro, Adama Traoré y Munir. El Real Madrid Castilla bajó en 2014 y, al año siguiente, lo hicieron los catalanes. Tomó el relevo el Bilbao Athletic, que tuvo el paso más efímero de un filial en estos 13 años: una temporada. En junio, tras un sufrido "play-off", le tocó el turno al Sevilla Atlético.

El Tenerife contra ellos

No le ha ido mal al Tenerife contra los equipos filiales en estos 13 años. Ha sumado en 14 de los 18 encuentros que han disputado, con 7 victorias y 7 empates. El peor que se le ha dado es el Barcelona B, con un solo triunfo en seis enfrentamientos. Especialmente cruel fue el doble duelo de la campaña 10-11, puesto que los azulgrana casi sentenciaron el descenso insular con una goleada en el Heliodoro (1-4). Otro dato a tener en cuenta pasa por el siguiente rival blanquiazul, el Sevilla Atlético. En sus cuatro choques, sacó dos empates (los dos de la temporada 07-08) para caer en los dos encuentros del siguiente curso. Es decir, es el único filial que no ha logrado ganar al Tenerife en estas 13 campañas.