Horas delicadas son las que afronta el Raqui San Isidro. La entidad del sur de la Isla vive una situación económica extrema, acrecentada por las denuncias de los entrenadores impagados de la campaña pasada. La directiva del Raqui, presidida por Cristóbal González "Marchena", está trabajando con el fin de que sus equipos puedan comenzar a competir con cierta normalidad.

Lo que más apremia es la situación del equipo de Preferente. La Liga comienza este venidero fin de semana, aunque a la escuadra de La Palmera le toca descansar en la primera jornada. Debutaría en la competición en la segunda fecha, ante el Orotava en casa. Se pretende que el nuevo entrenador, Francis Díaz, se pueda sentar en el banquillo de la instalación granadillera. Ese mismo fin de semana debería comenzar también el equipo de Juvenil Preferente la Liga.

Para poder inscribir a Díaz se necesita saldar las deudas pendientes con los preparadores o llegar a un acuerdo para diferir los pagos. Según ha podido saber EL DÍA, el montante pendiente con los entrenadores supera los 20.000 euros. Una cantidad a la que hay que sumar algo menos de 10.000 euros que el club tiene pendiente con la Federación Tinerfeña.

Todo, pese a que la entidad recibió el anterior curso más de 200.000 euros provenientes del traspaso de Pedro Rodríguez al Chelsea. El resto de la cantidad hasta llegar a los más de 400.000 euros, a los que tenía derecho el club en concepto de derechos de formación del ariquero, fue a parar a las arcas de la Tinerfeña, con el objeto de liquidar deudas pretéritas del Raqui San Isidro.

La nueva directiva entró a dirigir los destinos del club en el pasado mes de mayo sustituyendo a la anterior, cuyo presidente era Jaime Lorenzo. Con un tono conciliador y aspiraciones de futuro como punto de partida, los acontecimientos de mal cariz económico han cambiado el paso de los actuales regentes sureños. La sombra de la desaparición planea sobre el club, aunque la idea es pelear para que no sea así. En apenas cuatro años, la entidad debería alcanzar su 50 aniversario.

El equipo de fútbol sala también está en tela de juicio

La situación afecta de lleno al conjunto de fútbol sala que milita en la Segunda División nacional. La premisa de la directiva es no abandonar al equipo de féminas que durante cuatro años -llevan jugados 100 partidos en la categoría- han llevado el nombre de San Isidro por toda la geografía española. De hecho, los regentes sureños dieron conformidad a la Tinerfeña para la inscripción de la sección, un año más, en la categoría de plata. El Raqui quedó encuadrado en el Grupo II y justo en un mes, el 24 de septiembre, debería abrir la temporada visitando al catalán Castelldefels. Lo cierto es que a día de hoy se desconocen el entrenador, las jugadoras y cuándo se empezará la preparación. Eso sí, parece que ninguno de los actores que el año pasado lucharon por el ascenso a Primera formará parte del nuevo proyecto. En principio, se habló con Pablo Cano -entrenador de la pasada campaña con el que el club mantiene deuda- para que llevara las riendas del Raqui 2016/17, pero las apreturas económicas han separado sus caminos. El club debe negociar ahora con el preparador lagunero unos pagos que se componen de casi todas las mensualidades del pretérito curso. Tampoco hay visos de que las jugadoras que han llevado al Raqui a sus mejores cotas vayan a renovar. De momento, dos de ellas se han comprometido con el grancanario Teldeportivo, escuadra del Grupo II, como el Raqui. Se trata de la tinerfeña Carol Chinea y de la madrileña Silvia Fernández, "Pitu".