Con una intuición casi inhumana para pisar el área cuando hace falta y un instinto predador en el ataque, el francés André Pierre Gignac confirmó este fin de semana su condición de semidiós en la casa del Tigres del fútbol mexicano.

Gignac, de 30 años, se echó a la espalda a los "felinos" del entrenador brasileño Ricardo Ferretti que necesitaban vencer al Cruz Azul en su propio estadio para alcanzar la liguilla del Clausura 2016 y lo hizo liderado por el europeo.

Después de que el brasileño Rafael Sobis puso delante a los Tigres, Gignac pidió el balón en el minuto 24, se abrió espacio entre los defensas y puso la pelota en el ángulo con una elegante ejecución que desmoralizó a los Azules.

Si bien el equipo estaba concentrado en los números, Gignac se empeñó en demostrar que esos no están peleados con la belleza; mareó a los defensores y en el 75 puso el marcador a 0-3 con un toque sin fuerza, pero exacto como si lo hubiera puesto con las manos.

Con 1,87 de estatura y 84 kilogramos de peso, Gignac muestra en los partidos una capacidad probada de atleta del alto rendimiento y como suele hacer en la selva el animal que representa a su club, acostumbra a permanecer agazapado algunos minutos para de repente sacar su pierna en plan de garra y terminar la jugada en gol.

André llegó a México el año pasado con el glamour de haber formado parte de la selección francesa en la Copa Mundial de Sudáfrica 2010 y enseguida se hizo de un puesto como titular y se erigió como la bujía de ataque del cuadro de Ferretti.

En el pasado Apertura 2015 anotó 11 goles y demostró un gran repertorio con anotaciones de cabeza, de larga y media distancia, con poco ángulo después de burlar a la defensa, y con potentes disparos salidos de su magistral pierna diestra.

La cifra de anotaciones lo dejó a dos dianas de los líderes goleadores, los argentinos Emanuel Villa (Querétaro) y Mauro Boselli (León), sin embargo en la liguilla convirtió cuatro veces y fue el mejor goleador de la temporada, aunque tuvo cuatro partidos más que sus competidores.

Más maduro, sus actuaciones fueron mejores en el Clausura que terminó hoy su etapa regular en el que sus 13 tantos le permitieron ganar con comodidad el título de goleador, con cuatro dianas más que Boselli, que el paraguayo Jorge Benítez, del Cruz Azul, y el mexicano Oribe Peralta, del América.

Es, a menos de un año de ponerse la camiseta de Tigres, el mejor jugador de la liga y esta semana que entra pinta como el hombre a seguir en la serie de cuartos de final en la que los "felinos" desafiarán al Monterrey, líder de la tabla, y buscarán eliminarlo.

Con varios delanteros letales, Monterrey es favorito para acceder a semifinales.

Puede conseguirlo, siempre y cuando sus defensas encuentren la manera de detener al francés, un goleador capaz de hacerse de hielo en los partidos decisivos, en los que con frialdad saca mejor el juego excelso que lo ha elevado a la categoría de semidiós en el mundillo del equipo Tigres y de sus hinchas.