106 partidos son más que suficientes para que un club deje huella en un jugador, y viceversa. Es el caso de Aitor Sanz, que el próximo domingo se reencontrará con uno de los equipos más influyentes de su carrera, si no el que más, con el permiso de su actual escuadra, el Tenerife. Con el madrileño cobra sentido eso de que un encuentro es "especial". Su visita al campo del Real Oviedo lo será.

Con 26 años y después de vivir un ascenso a Segunda División y una efímera experiencia en esa categoría con el mismo equipo, el Real Unión, Aitor regresó a la Segunda B para reforzar al Real Oviedo. No tardó en ser una pieza básica en las alineaciones y su capitán. Tras dos intentos sin éxito, pudo disputar un "play off" en su tercera campaña en el conjunto del Carlos Tartiere. Pero no hubo manera. El Éibar fue el que logró seguir adelante y subir. Precisamente, un encuentro en Ipurúa marcó, sin que el futbolista lo supiera, su despedida del Oviedo.

Sanz tenía contrato en vigor y no se podía imaginar que un recién ascendido a la Liga Adelante, el Tenerife, le iba a ofrecer unirse a su plantilla. Le costó dar el paso, por los lazos que le unían al Real Oviedo, pero la posibilidad de retornar a una competición profesional y de formar parte de otro club histórico le quitaron las dudas.

De esta manera, el 29 de junio de 2013, Aitor se desvinculó del Real Oviedo para firmar con el Tenerife. Y quiso despedirse de la que había sido su afición durante tres campañas con una emotiva carta. "Hoy es uno de los días más duros de mi carrera porque, después de meditarlo con mi familia, he decidido abandonar el Real Oviedo para aceptar una oferta de un club de Segunda División. Ha sido una decisión muy difícil para mi familia y para mí por el arraigo y cariño que siento por este club y esta ciudad, pero la oportunidad que me brindan no puedo desaprovecharla. Me gustaría indicar que es una decisión puramente profesional y que ha sido un tremendo orgullo para mí vestir esta camiseta y portar este brazalete que nos representa", contó Sanz en ese comunicado.

Pasado el tiempo, tres años y medio después, sigue refiriéndose al Oviedo con respeto y cariño. "En ese club pasé unos años maravillosos, así que este partido será sentimentalmente diferente. Son tres puntos e iremos a intentar ganar como siempre, pero es un partido especial", declaró en la semana que terminará con la comparecencia del Tenerife en el Tartiere (domingo, 16:00 horas).

Haciendo balance, recordó que vivió "momentos muy difíciles y otros muy bonitos", y destacó que "la mayoría de los recuerdos son maravillosos". Igualmente remarcó que "tanto el club como la afición se portaron de manera genial".

A Aitor no le sorprende la trayectoria del Oviedo en su campaña de regreso a la Segunda División, ya que tiene "una gran plantilla y un fondo de armario muy grande". Por tanto, considera que "está ahí", en el cuarto puesto de la tabla, "por méritos propios". Sanz se alegra de los éxitos de su exequipo, a no ser que coincidan con un tropiezo del Tenerife, y sostiene que el club asturiano "se merece algo bonito porque ha pasado por situaciones complicadas y ya es hora de que viva algo agradable". No en vano, llegó a caer a la Tercera División y estuvo fuera del circuito profesional durante doce campañas.