El arquitecto japonés Kengo Kuma, conocido por su interés en recuperar la arquitectura tradicional nipona y por rehuir de las construcciones de hormigón, se enfrenta al proyecto de mayor envergadura de su carrera: la construcción del estadio olímpico de Tokio 2020.

El proyecto de Kuma, designado hoy ganador por el Consejo de Deportes de Japón (JSC), tendrá un aforo de 68.000 asientos fijos y se prevé que esté terminado para el 30 de noviembre de 2019. Su diseño destaca por el uso de la madera como material principal y una fachada formada por terrazas escalonadas con plantas y árboles.

Kuma, de 61 años, es uno de los más prestigios y reconocidos arquitectos nipones contemporáneos, aunque de momento no ha entrado en la galaxia de los seis de sus compatriotas que han ganado el Pritzker -considerado el Nobel de esta disciplina-.

El responsable de emblemáticos museos y viviendas, principalmente en su país de origen pero también en China y Europa, sí que ha sido galardonado con la Orden de las Artes y las Letras francesas y varios premios de arquitectura en Japón.

Kuma ha diseñado, entre otros, el Centro de turismo cultural de Asakusa (Tokio), el hotel Garden Terrace (Nagasaki) o el Ayuntamiento de Nagaoka, obras en las que imperan las líneas rectas y las que se entrevé su inspiración en los edificios tradicionales nipones como la pagodas.

Fuera de Asia firmó el proyecto Victoria and Albert Museum de Dundee (Reino Unido) y ganó el concurso para construir el teatro de la Ópera de Granada (España), un proyecto paralizado por las administraciones públicas desde su adjudicación en 2008.

En 2002 construyó a las afueras de Pekín uno de sus edificios emblemáticos y que mejor definen su estilo, la vivienda de seis habitaciones conocida como la Gran Muralla (de bambú).

Siempre se ha decantado por los materiales ligeros y locales frente a la arquitectura de hormigón. La madera, el cristal o incluso el bambú son elementos que se han repetido a lo largo de su carrera.

De hecho, Kuma considera que los materiales constituyen la esencia de la arquitectura y uno de los detalles que ha trascendido de su proyecto para el estadio olímpico de Tokio es que estará revestido de madera, al igual que las viviendas tradicionales japonesas.

"Antiguamente en Japón se construían grandes edificios de madera. Aunque sea a mucha mayor escala, quiero mostrar al mundo que podemos aplicar nuestra técnica tradicional para este tipo de construcciones", aseguró tras conocer que su proyecto había sido el seleccionado para ser la sede de Tokio 2020.

Otra de las obsesiones del autor, que se formó entre Japón y EE.UU., es que sus construcciones no contrasten con el entorno natural en el que se hallan, sino que se fundan en él.

De ahí que su recinto olímpico, situado en una zona verde del centro de Tokio, vaya a estar cubierto de vegetación.

El estudio de Kuma en Tokio, muy cercano a donde se levantará el nuevo estadio olímpico, cuenta con 152 arquitectos, y tiene otras sedes en China con 13 empleados y en Francia, donde trabajan 24 arquitectos.