Gregario de lujo en las victorias de Bradley Wiggins en el Tour de Francia del 2012 y Chris Froome en el del 2013, el australiano del Sky Richie Porte conquistó la 95ª edición de la Volta Ciclista a Catalunya, un trabajado triunfo con el que presenta su candidatura para el Giro de Italia.

A sus 30 años, el ciclista de Tasmania -actual número uno del ránking WorldTour- demostró en la ronda catalana que su buen estado de forma no es fruto de un día al pasar por delante de primeras espadas como el propio Froome, Alberto Contador (Tinkoff-Saxo), Rigoberto Urán (Etixx-Quick Step) y Alejandro Valverde (Movistar).

Vencedor de esta edición de la París-Niza, el notable del Sky respondió a las mil maravillas el papel de jefe de filas en la Volta a Catalunya, relevando así a un tocado Chris Froome, quien tras ceder más de 28 minutos en la etapa reina de La Molina acabó en la 71ª posición, a 45 minutos y 35 segundos de su compañero de equipo.

La carrera del australiano en el circuito mundial es meteórica. Dejó el triatlón a los 21 años para dar el salto en el ciclismo amateur europeo, donde destacó durante dos años antes de fichar en 2010 por el entonces Saxo-Bank de Bjarne Riis.

Sus triunfos en el ciclismo profesional no se hicieron esperar y, tras llevarse la contrarreloj del Tour de Romandia del 2010, disputó el Giro de Italia de ese mismo año en el que terminó séptimo en la general y se enfundó el maillot de líder de los jóvenes.

En el 2011 su estrella no brilló tanto, si bien siguió destacando en la París-Niza, el Giro de Italia y el Tour de Romandia. Un año más tarde aceptó la oferta del Sky y se convirtió en un gregario de lujo para que el británico Bradley Wiggins se llevara el Tour de Francia.

El 2013 fue su primer gran año como profesional. Se convirtió en una pieza fundamental para que Chris Froome se subiera en lo más alto del podio de los Campos Elíseos.

Asimismo, la escuadra inglesa confió en él para ser el jefe de filas en la París-Niza de ese mismo año, que ganó con superioridad. A ello se sumo un segundo puesto en la Vuelta al País Vasco y en el Criterium del Dauphiné, donde trabajó para que Froome se llevara la prueba francesa.

Todo apuntaba que la del 2014 sería su gran temporada. Su equipo le reservó el puesto de jefe de filas para el Giro, pero una inoportuna infección pulmonar en marzo lo apartó de la ronda italiana.

En el Tour volvió a asumir el papel de acompañante de Froome, pero el abandono del británico en la primera semana de competición truncó el rol que su equipo le había reservado para él.

En este inicio de temporada, Porte ha empezado como un trueno. En enero terminó segundo en la general en el Tour Down Under, en marzo se llevó su segunda Paris-Niza con dos triunfos de etapa y en Cataluña ha sido el más regular con la inestimable colaboración de sus compañeros de equipo.

A falta de un mes y medio para el inicio del Giro, el australiano es sin ninguna duda el ciclista en mejor forma del pelotón y presenta su candidatura para plantar cara al español Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) en Italia. Con Froome reservando fuerzas para el Tour de Francia, Porte vuela en el todopoderoso Sky.