Y al ''séptimo día'' la afición del Santiago Bernabéu despidió en pie a Benzema. Al fin ve sobre el césped lo que tanto demandaban al delantero francés. Nunca le discutieron su calidad técnica, le pedían más compromiso, un mayor grado de esfuerzo y los silbidos de queja fueron el mejor toque de atención a un futbolista que entró en otra dimensión con la ayuda de Zinedine Zidane y que va madurando para caminar con éxito solo.

Benzema salió triunfal del clásico. En un día de brillantez colectiva y menos brillo de la gran estrella, Cristiano Ronaldo, todo lo que hizo Karim sobre el césped en el clásico rebosó criterio. Su gol fue el broche de un triunfo que instala el clima de optimismo en el madridismo. Sin ser un matador tiene cifras que le acreditan. Nunca falla en Liga de Campeones y tampoco ante el Barça. Ya es el sexto goleador histórico del Real Madrid con cinco dianas al eterno enemigo, por delante incluso del insaciable Cristiano.

-- CARLO ANCELOTTI/LUIS ENRIQUE.

Duelos de tanta grandeza dejan vencedores y vencidos, técnicos que ganan confianza y otros que salen señalados. El once de ''Carletto'' estaba claro, pese a que jugó con una sorpresa a última hora para despistar. El de Luis Enrique era una auténtica incógnita. Ni los adivinos hubiesen acertado. Muchos se temían un ataque de entrenador, simular situaciones que en su día protagonizó Johan Cruyff, que siempre sorprendió con una innovación táctica o la ubicación de uno de sus futbolistas. ''Lucho'' colocó a Mathieu de lateral para meter a Piqué de central y no funcionó. También metió de inicio a Luis Suárez, con menos ritmo que el resto.

No acertó y fue elegante en la derrota. Sintió como Ancelotti salía vencedor de su pulso particular. El italiano vuelve a repetir la reconstrucción de la pasada temporada. Pidió tiempo y ahora le da la razón. Ha conseguido que jugadores de un perfil ofensivo como Isco Alarcón y James Rodríguez luchen y roben en defensa como haría una figura de medio defensivo ahora inexistente. La lesión de Bale, lejos de mermar al Real Madrid, le ha empujado a un juego de mayor control y calidad. Con cuatro centrocampistas que salieron victoriosos de la lucha ante unos medios que dominaron el fútbol durante años. Carlo es el gran triunfador del clásico.

-- JOAQUÍN LAVIRREY.

Hay futbolistas que tienen un idilio con un escenario y no existe explicación lógica para aclarar la razón por la que marcan cada partido en su estadio y no lo hacen a domicilio. Lavirrey ya marcó en Balaídos con el Rayo Vallecano la pasada campaña y en la actual ha entrado en la historia del Celta de Vigo con su doblete al Levante.

Seis partidos consecutivos marcando en Balaídos le valen para superar el registro que tenía desde la temporada 1991-92 Vlado Gudelj, actual delegado del equipo. Lo vio con orgullo desde la banda y comprobó la humildad del actual delantero. "No le llego ni a los tobillos a Gudelj". Lavirrey lo dice con el corazón, con la misma elegancia que compite con Charles Dias, el nueve indiscutible la pasada campaña al que Eduardo Berizzo ha mandado al ostracismo. La amistad entre ambos demuestra la forma de ser de dos goleadores que por encima de todo disfrutan de un Celta que coquetea por momentos con la zona europea viviendo un sueño.

-- NORDIN AMRABAT.

El Málaga apuró hasta el límite para firmar al que sabía que sería su estrella en un proyecto renovado. El regusto de buen fútbol y lucha infinita que dejó Amrabat la pasada temporada invitó al esfuerzo y el centrocampista no decepciona a nadie en La Rosaleda, que le ovaciona en cada actuación.

Llevó la batuta de la goleada de la jornada, 4-0 al Rayo Vallecano, participando en todas las jugadas de los goles y poniendo el broche desde el punto de penalti. Dejó un pase repleto de calidad que engrandeció aún más la definición de Juanmi. El toque al espacio entre rivales, con el exterior y precisión a la velocidad de su compañero, que marcó picando el balón a la salida del portero. A Amrabat le sobra personalidad para liderar a un Málaga que ilusiona.