Canterano, futbolista profesional, miembro de la dirección deportiva... Alfonso Serrano Mosquera (Santovenia, 9-12-1970) no es ningún desconocido para el rival al que se enfrentará este domingo el club para el que ahora trabaja. El secretario técnico del Tenerife estará muy pendiente de la respuesta que ofrecerá este domingo en la que fue su casa, el estadio José Zorrilla, el "producto" que creó junto a Álvaro Cervera.

Alfonso, que es como se le conoció en su etapa de jugador, se formó en las categorías inferiores del Valladolid hasta que logró dar el salto a la primera plantilla en la temporada 1991/1992, ejercicio que finalizó con el descenso el conjunto castellano a Segunda División. En ese curso, aquel centrocampista de corte defensivo, novato en un grupo que comenzó con Maturana al frente y que tuvo a César Gómez, Caminero, Fonseca, Onésimo, Higuita o Valderrama como futbolistas más conocidos, participó en nueve partidos de Liga; entre ellos, el que se celebró en el Rodríguez López el domingo 10 de mayo de 1992. El Tenerife de Jorge Valdano no logró superar al conjunto blanquivioleta (0-0), que tuvo a Serrano entre sus titulares.

La siguiente campaña fue más satisfactoria para Alfonso, pues se estrenó como goleador (en Ipurúa) y contribuyó en el regreso del Valladolid a Primera. Pero ese éxito también dio paso a su despedida del club de Pucela. En realidad, fue un "hasta luego", aunque en ese momento no podía imaginar que regresaría para ocupar un cargo en el organigrama directivo.

Del Valladolid pasó al Leganés y del equipo de Butarque, al Numancia, donde sí alcanzó el protagonismo que deseaba. Es más, su relación con el club de Soria se prolongó cuando decidió colgar las botas, ya que en 1998 pasó a formar parte de su secretaría técnica. Su cambio de función coincidió con el primer ascenso del Numancia a la máxima categoría. Fue entonces cuando Santiago Llorente se animó a incorporarlo a su equipo. Así, Alfonso trabajó en los despachos del Valladolid entre 2003 y 2005.