laguna 8-0 ibarra

Laguna: Falero, Alberto, Omar, Marcos (Pablo, 58''), Borja, Alonso, Josué (Xavi, 65''), Rivero, Siverio (Aday, 62''), Arturo (Salas, 45'') y Carrión. Entrenador: David Rodríguez.

Ibarra: Marcos, Jorge, Adri (Inta, 72''), Juan, Jonathan, Hilde, Dani (Alberto, 58''), Adán (Manuel, 66''), Éric (Samuel, 62''), Facu y Gustavo. Entrenador: Mario Ventura.

Árbitro: Cristian Gadella Kamstra. Amonestó a los locales Marcos y Arturo; y al visitante Juan.

Goles: 1-0, m. 3: Arturo. 2-0, m. 7: Rivero. 3-0, m. 47: Siverio. 4-0, m. 61: Josué. 5-0, m. 63: Aday. 6-0, m. 71: Alonso. 7-0, m. 78: Rivero. 8-0, m. 84: Aday.

Incidencias: Anexo al Francisco Peraza. Unos 200 espectadores.

El Laguna demostró lo que ha venido apuntando durante la pretemporada: que es un equipo fiable y con muchos recursos para estar en las posiciones de privilegio peleando con los mejores a lo largo de toda la campaña.

No pudieron empezar mejor los de Aguere. Un saque de esquina acabó en el travesaño sureño y Arturo empujó el cuero a la red. Poco después fue Rivero el que aprovechó un pasillo en la defensa merengue para, con una galopada, poner el 2-0 en el marcador. Solo cuando cierto relax se apoderó de los locales, el Ibarra pudo estirarse y llegar, sobre todo, con acciones de estrategia y disparos lejanos. Eso sí, los de David Rodríguez pudieron ampliar la ventaja con dos remates de Arturo en la recta final de la primera parte.

Los locales siguieron el mismo guion de los primeros 45 minutos tras el receso y perforaron la meta contraria nada más comenzar, por medio de un cabezazo de Siverio. Pero este era otro Laguna. El fútbol de toque, con una velocidad endiablada por todas las partes del campo, apareció para quedarse y desbordar a un Ibarra que solo pudo ver, impotente, cómo caían los restantes goles. En apenas dos minutos, del 61 al 63, tanto Josué como Aday encontraron la escuadra de la portería de Marcos, con sendos e inapelables remates. Ya en la recta final del choque, Alonso, de vaselina, y nuevamente Rivero y Aday, con tantos que culminaron jugadas de ataque, cerraron el severo castigo para los reaparecidos sureños.