Antoine Griezmann es un recién llegado a la selección francesa pero que se ha abierto un lugar de privilegio en el grupo y en el equipo, llamado a ocupar el lugar dejado vacante por Frank Ribéry.

A sus 23 años, el jugador del Atlético de Madrid se ha convertido en una pieza importante del esquema de Didier Deschamps. "Llegó con su calidad y nos ha mostrado cosas interesantes. Es un joven que necesita forjarse, ganar en confianza y superar etapas para ser más eficaz", señaló el técnico.

El seleccionador no olvida el mal paso de Griezmann en los sub-21, cundo una noche de juerga le valió un año de suspensión en toda selección nacional, lo que retrasó su llegada a la absoluta pese al buen rendimiento que mostraba en la Real Sociedad.

"Puede que en algún momento haya podido creérselo, pero con el entrenador que tiene en el Atlético (Diego Simeone) va a tener que trabajar mucho para ganarse un puesto de titular", afirmó Deschamps.

Griezmann fue una de las revelaciones de Francia en el Mundial de Brasil y sus lágrimas al término de los cuartos de final contra Alemania que pusieron fin a su participación en esa competición resumieron bien la frustración francesa.

"Sentimos que se nos había pasado una gran oportunidad", afirma ahora el internacional, deseoso de regresar al equipo de su país, una de las pocas ocasiones que tiene de pisar suelo francés este jugador que desde los 14 años vive en España.

El joven jugador cuenta solo nueve duelos con la selección francesa, con la que ha marcado tres goles, pero ya se ha convertido en uno de los pilares sobre los que debe sostenerse la selección francesa que en 2016 jugará en su país la Eurocopa.

"No siento una especial responsabilidad, no me afecta el hecho de que Ribéry no esté aquí, trato de hacer mi trabajo lo mejor posible", asegura.

Su nombre encarna el de la nueva generación, junto con Rapahel Varane y Paul Progba, pero el rojiblanco sabe que todavía tiene mucho que aprender de los veteranos. "La clave está en empaparse de todo, de los entrenamientos, las concentraciones, los partidos", indicó.

De momento, su opinión aparece como un elemento preciso en una Francia que comienza su andadura post-mundialista frente a España, el país que mejor conoce Griezmann.

"Es una selección en plena renovación, pero sigue siendo un gran equipo. Para ganarles hay que hacer un gran partido, porque los nuevos intentarán hacerlo tan bien como los que se han ido", avisó.

En su carrera personal, Griezmann abandonó su cuna donostiarra para elevar el nivel en el Atlético de Madrid, que pagó 30 millones de euros para hacerse con sus servicios.

"Tenía que irme de la Real para poder aprender más y descubrir el alto nivel. Este traspaso me permitirá elevar mi nivel", aseguró.