La llegada del hondureño Juan Carlos García al CD Tenerife, cedido por el Wigan, vuelve a situar en el plano de la actualidad a los únicos futbolistas de su misma nacionalidad que formaron parte del club tinerfeño (1983-1984), Gilberto Yearwood y Ramón Maradiaga. EL DÍA contactó con el segundo para saber algo más del nuevo refuerzo del equipo que entrena Cervera.

Conocerá a Juan Carlos...

Sí, cómo no. Lo tuve como rival, pero nunca llegué a entrenarlo.

¿Qué destacaría de él?

Es fuerte en la marca, tiene un buen juego aéreo tanto defensivo como ofensivo y también puede jugar como central por la izquierda, porque es zurdo nato. En cuanto al físico, tiene buenas condiciones para poder cumplir en España.

¿Solo de corte defensivo?

Eso depende de las instrucciones del técnico. Indiscutiblemente, su principal labor es la de defender, pero tiene muy buenos argumentos técnicos para poder incorporarse al ataque. Aquí, en el Olimpia, cumplía la doble función.

Juan Carlos jugó un par de partidos del Mundial de Brasil. ¿Qué impresión le causó?

La verdad es que, en general, la selección no tuvo un buen desempeño futbolístico y él participó en dos partidos sin demasiada incidencias, pero vuelvo a decir que tiene muy buenos atributos técnicos y físicos para poder desarrollarse en el fútbol español.

Mencionó antes la posibilidad de que ocupe dos puestos. ¿Es más lateral que central?

Tanto en Marathón como en Olimpia jugó algunos partidos de central, así que es una función que no desconoce. La cumple muy bien.

¿Le vendrá bien cambiar Inglaterra por Tenerife?

Eso dependerá de él, de cómo afronte el reto. Pero sí tiene condiciones. Lo que le pudo pasar en el Wigan quizás fueron cuestiones de paladar futbolístico.

Pero se supone que le resultará más fácil adaptarse por el idioma...

Esa es una parte que le podría beneficiar. La otra es el clima que hay en Tenerife, que es casi idéntico al que tenemos en Honduras. Considero que está capacitado para que cumpla con las expectativas que el Tenerife tiene sobre él.

¿Qué consejo le daría?

Que ponga su mejor esfuerzo. Sé que tiene calidad y capacidad, y si han confiado en él, es porque reúne todos los requisitos para formar parte de una institución tan grande como el Tenerife. Ojalá consiga alcanzar los objetivos.

¿Hay materia prima en su país?

Sí, bastante. Lamentablemente, en España pasan directamente a Sudamérica, a Argentina, Uruguay o Brasil, como si Centroamérica no existiera. Hay muy pocos ojos para esta zona, pero ya han salido algunos jugadores, como David Suazo, Wilson Palacios, Emilio Izaguirre... Hay buen material en Honduras, Costa Rica, Guatemala... En mi país sacamos jugadores como quien saca pan de un horno: tienen buenas condiciones, pero hace falta darles un toque técnico para obtener un diamante.

¿Ha sido noticia en Honduras el pase de García al Tenerife?

Sí, ya salió la información y muchos medios han hecho mención de que en la Isla jugamos tanto Gilberto Yearwood como yo.

Ya han pasado 30 años...

Fue en enero de 1984 cuando llegué al Tenerife. Fue una estadía corta, pero, de alguna manera, resultó altamente positiva.

¿Cómo resumiría esa etapa?

Administrativamente, el club no estaba bien. Poco después de llegar fue despedido el técnico, Fuertes, y entramos en una etapa de desesperación y de ansiedad por la falta de resultados. Las cosas no andaban a pesar de contar con un buen grupo de jugadores, como Aguirreoa, Camus, Noly, Gilberto, Rubén Cano, Lasaosa... Había un buen material humano, pero lamentablemente las cosas no se dieron y el equipo cayó casi a las últimas posiciones, sin que entráramos en las de descenso. Para mí, la experiencia fue inconstante porque llegué con el campeonato iniciado y con un equipo un tanto desestabilizado. Tuve que adaptarme de forma inmediata. Con el paso de los años las cosas cambiaron para el club y el Tenerife pasó a ser otra historia con Jorge Valdano y estando en Primera.

¿Ha mantenido el contacto con aquellos compañeros?

Sí, con algunos. En 2009 estuve en Madrid y pude platicar con Aguirreoa, Agustín Lasaosa, Camuel, Mini... Después perdimos la comunicación. Y en 2011 visité Valencia y ahí me encontré con Voro.

¿Qué recuerdo tiene de su vida en la Isla, aparte del fútbol?

Son imborrables. La ciudad es preciosa. Desde mi primer entrenamiento, la adaptación fue rápida a los horarios, al funcionamiento del equipo... Debuté con el Racing. Luego nos desplazamos a Huelva y allí el técnico decidió cambiarme de posición. Había desorden tanto administrativo como futbolístico que fue pesando en el rendimiento del equipo.