El CD Tenerife actual no solo alimenta las esperanzas de las nuevas generaciones de canteranos de poder alcanzar la primera plantilla (Ayoze Pérez, ahora en el Newcastle, Alberto y Nano dieron el salto en el último año y medio). También le hace un guiño a los que, por unos motivos o por otros, llegaron a lograr ese objetivo pero tuvieron que continuar sus carreras en otros destinos. En el grupo que inició la pretemporada el 14 de julio hay cinco que recorrieron ese camino de retorno a su club de origen.

El último ejemplo es el de Víctor Añino Bermúdez. Si su entrenador, Álvaro Cervera, lo considera oportuno, el domingo 24 de agosto, en El Toralín, Vitolo volverá a disputar un partido oficial vistiendo el uniforme blanquiazul. Ese día se cumplirán nueve años y casi dos meses de la última vez que el centrocampista jugó en la Liga con el representativo. El 18 de junio de 2005, José Antonio Barrios sustituyó al de Valleseco a los 35 minutos de un encuentro intrascendente y que supuso el cierre de la temporada. Fue en el Rodríguez López, ante el Córdoba. Lo hizo con el propósito de que la despedida de Vitolo no pasara desapercibida para el público. Y así fue. El canterano salió del césped con la mano en alto, ovacionado por los aficionados. Seguramente, en ese momento pensó que algún día iba a ser local nuevamente en el Heliodoro. Pero en ese momento le esperaban otros desafíos, primero en el Racing y el Celta, luego en Grecia (Aris, PAOK y Panathinaikos) y por último en Turquía (Elazigspor).

Durante la etapa que coincidió con la presencia de Quique Medina en la dirección deportiva, el Tenerife "repatrió" a otros jugadores, empezando por Suso Santana y Cristo Martín, en el verano de 2012, y siguiendo con Ricardo León, que regresó en la pretemporada siguiente, y Ayoze Díaz, en el mercado de enero del presente año.

Al igual que Vitolo, estos jugadores llegaron a estrenarse con el primer equipo tras progresar en la cadena de formación del Tenerife (Suso no pasó por todas las etapas) y pertenecieron luego a otros clubes antes de regresar a casa. El que pasó más tiempo lejos del hogar deportivo fue Ayoze. El lateral dijo "hasta luego" el 29 de junio de 2003, en una visita al Ferrol, y recuperó las sensaciones que dejó ese día en marzo de 2014, en Valdebebas. En total, cerca de 11 años alejado de sus raíces, defendiendo los intereses del Racing, Ciudad de Murcia, Real Mallorca y Deportivo.

Suso, Cristo y Ricardo tuvieron que esperar menos. El de Taco no perdió la esperanza en los cinco años que consumió, entre junio de 2007 y agosto de 2012, en el San Isidro, Fuerteventura y Hearts. Por su parte, Cristo llegó a bajar a la Tercera División antes de refrescar el interés de los técnicos del Tenerife. El lagunero vivió su debut en el curso del último ascenso a Primera, el que se logró con Oltra en el banquillo. Apenas fueron tres intervenciones en el inicio del ejercicio 2008/2009, pero dejaron al de La Cuesta con ganas de más. Y pudo satisfacer ese deseo en 2012, tras destacar en el Universidad de Las Palmas y el Marino. Por su parte, Ricardo se desvinculó del club tras la caída del Tenerife a la Segunda División B, en junio de 2011. El Sporting le ofreció la oportunidad de competir en Primera. Sus dos cursos en la entidad asturiana no resultaron nada productivos para el realejero, que se convirtió en uno de los refuerzos más llamativos del Tenerife con vistas a su reingreso en la Segunda A, hace un año.

La lista pudo ser más amplia. Ángel sonó para marcar otra vez con el Tenerife. Quizás en otro año.